Durante los últimos días, un lloratorio en plena Alameda causó gran impacto nacional e internacional. Se trata de una intervención frente de la Casa Central de la Universidad de Chile cuyo objetivo es poner en cuestión al sistema político y económico de nuestro.
En una nueva entrevista de Bío Bío TV conversamos con la artista visual y creadora de esta obra, Ángela Ramírez, quien expresó que su origen está en “los problemas que ha visibilizado el metabolismo urbano”, el intercambio de materia y energía en el asentamiento urbano.
En ese sentido, explicó “la responsabilidad que tiene el poder político y económico en la producción de pobreza y la profundización de desigualdad”.
En la misma línea, ante la misma problemática, señaló que “me llamó la atención que uno de los vacíos estaba en el cuerpo del seres humanos”, quienes, a través de “materia y energía, se ocupan para sostener estos sistemas”.
Finalmente, tras mucho estudio de por medio, Ángela se encontró con una mujer que estaba llorando en la calle.
“Me encontré con esta mujer en la calle y ella lloraba tanto. Yo iba hacia mi trabajo (…) Pero, me tuve que detener, venía de la universidad, más o menos atrasada, pero me tuve que detener porque era mucho su llanto”, dijo.
“Tengo que desahogarme porque no puedo llegar así a mi casa, está mi hijo y mi madre”, agregó la mujer.
En ese sentido, expresó que “no puedo hacer mucho por las brechas de desigualdad, pero si poner en cuestión algunas cosas. Qué pasa si nos miramos y decimos ‘mira, en realidad tenemos una gran zona de sacrificio que son la gran cantidad de personas que están con depresión”, quienes, en su mayoría, pertenecen a los estratos económicos más bajos.
Una perspectiva psicológica
Por otra parte, en esta entrevista de Bío Bío TV, también nos acompañó la académica de la U. Adolfo Ibáñez, Fernanda Díaz, quien se refirió a este lloratorio en plena Alameda.
“En chile tenemos deficit de cómo efectivamente podemos expresar nuestras emociones, mostrar el dolor; vivirlo con otros; normalizarlo como parte de los afectos que podemos sentir”, sostuvo.
Además, se refirió a la importancia que puede tener esta intervención, ya que “los indices de salud mental son bien malos. En realidad, también el tejido social y las redes sociales han ido complejizándose”.
“A veces, no tenemos el suficiente apoyo ni institucional ni de parte de las redes que tenemos para que efectivamente tengamos un espacio donde llorar”, continuó.