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El miércoles 23 de diciembre de 1598, a orillas del río Lumaco, se libró la Batalla de Curalaba, el mayor descalabro sufrido por los españoles durante la conquista del territorio mapuche.
Derrota española en Lumaco
En el enfrentamiento participaron entre 300 y 500 guerreros mapuches, comandados por el cacique Pelantaro, contra unos 50 españoles apoyados por cerca de 300 indígenas auxiliares.
Las fuerzas españolas eran encabezadas por el propio gobernador de Chile, Martín Oñez de Loyola, quien acudió en auxilio del capitán jefe de Angol tras recibir un llamado urgente.
La noche del 22 al 23 de diciembre, los españoles acamparon en Curalaba, junto al río Lumaco y rodeados de cerros. No enviaron exploradores y soltaron sus caballos para pastar.
Mientras tanto, Pelantaro concentró a sus hombres en las cercanías y los dividió en tres cuadrillas para avanzar sobre el campamento español, aprovechando la oscuridad de la noche.
Según relató Barros Arana, los mapuches irrumpieron al amanecer, cuando los centinelas ya se habían retirado. El campamento cayó en una total confusión.
Las tiendas fueron derribadas y comenzó la matanza. Un solo soldado alcanzó a disparar su arcabuz antes de morir. El gobernador intentó resistir con espada y escudo.
El terror se apoderó del lugar. Algunos españoles huyeron hacia el río y murieron al despeñarse o ahogarse. Oñez de Loyola cayó traspasado por las picas mapuches.
El resultado fue la muerte de todos los españoles y sus auxiliares, salvo dos prisioneros que luego fueron ejecutados. La victoria fue total para los mapuches.
Tras el desastre, el nuevo gobernador Alonso de Rivera fijó una nueva frontera e inició la llamada Guerra Defensiva, cambiando la política en la zona.
En este video, Nibaldo Mosciatti narra la Batalla de Curalaba de 1598.