Ética y transparencia de BioBioChile
El 14 de agosto de 1893, Francia se convirtió en el primer país en instaurar un sistema de placas patentes para vehículos a motor. La idea de identificar medios de transporte no era nueva: en 1749, el oficial Guillaume propuso al rey Luis XV asignar números a los carruajes tirados por caballos. En 1793, una ordenanza obligó a fijar placas de metal con el nombre y dirección del propietario, norma que se mantuvo para carretas y carretones.
Francia, un pionero de los registros vehiculares con placas patentes.
Ya en 1891, en la ciudad de Lyon, se implementó por primera vez un registro para automóviles que atravesaran el Parc de la Tête d’Or. Los vehículos debían portar un número claramente visible para identificar a los responsables de accidentes, ya que muchos conductores huían sin ser reconocidos. Esta medida marcó el inicio de un control más estricto sobre los nuevos medios de transporte motorizados.
Dos años después, la Prefectura de París dictó una ordenanza que regulaba la circulación de vehículos a motor. En su artículo séptimo, exigía que cada automóvil llevara una placa metálica, con caracteres claros, en el lado izquierdo y sin posibilidad de ocultarla. En ella debían figurar el nombre y domicilio del propietario, junto al número de autorización entregado por la autoridad correspondiente.
La Administración de Minas otorgaba tanto el permiso como el número de placa, que debía ir en caracteres blancos sobre fondo negro. Francia también introdujo la prueba de manejo y fijó límites de velocidad: 20 kilómetros por hora en carretera y 12 en zonas urbanas. Estas disposiciones marcaron un precedente en la regulación del tránsito motorizado.
Poco después, Alemania adoptó las placas en 1896, y Holanda decretó un sistema nacional en 1898. Así, en plena Segunda Revolución Industrial y apenas siete años después del primer automóvil de Karl Benz, París sentó las bases de la identificación vehicular moderna, estableciendo un control que pronto se expandiría por todo el mundo.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia de la primera placa patente utilizada en Francia en 1893.