El 10 de julio de 1972, el científico aeroespacial Jack Cover pidió la patente de la pistola TASER. Se trataba de un arma de inmovilización eléctrica que disparaba un proyectil conectado a una fuente de energía. El objetivo era incapacitar sin causar trauma grave. Su nombre surgió de un cuento de ciencia ficción infantil.

Un arma no letal, diseñada para inmovilizar.

Cover, nacido en 1920 en Nueva York y criado en Chicago, estudió física nuclear en la Universidad de Chicago con Enrico Fermi. Fue piloto en la Segunda Guerra Mundial y trabajó para la NASA, IBM y la aviación militar. La inspiración para el TASER vino tras leer sobre un hombre que sobrevivió a una descarga eléctrica.

En su garage diseñó un dispositivo que lanzaba dardos conectados por cable y que emitía hasta 50.000 voltios. Al comienzo, el TASER no tuvo éxito. Como funcionaba con pólvora, se consideró un arma de fuego, por lo que la policía descartó su uso y su venta al público fue rechazada..

La patente fue concedida en 1974. Recién en 1993, al reemplazar la pólvora por aire comprimido, el dispositivo pudo venderse de forma más amplia. Aun así, recibió críticas por su peligrosidad, aunque fue ganando terreno en las fuerzas policiales.

Jack Cover murió en 2009, pero su invento sigue vigente. Fue el 10 de julio de 1972 cuando este científico presentó la solicitud de patente de la pistola TASER, el arma eléctrica que buscaba inmovilizar sin matar.

En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia de la invención de la pistola Taser, un arma no letal, diseñada para inmovilizar.