Efemérides: El 10 de mayo de 1849 fueron los disturbios en el teatro Astor Place en NY

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Ética y transparencia de BioBioChile

Un día como hoy, pero hace 176 años, fueron los disturbios en el teatro Astor Place en Nueva York.

Disturbios motivados por la rivalidad entre dos actores de teatro

Edwin Forrest se había convertido en la primera estrella teatral puramente norteamericana y además estaba William Charles Macready, que era su rival, pero que era inglés. No era estadounidense.

Ambos actuaron dos veces en el país de su oponente artístico. Ocasiones en las que sus funciones se convirtieron en un reto para ver cuál de los dos interpretaba mejor a Shakespeare y también, en una excelente ocasión, para que el público asistente mostrase abiertamente su desprecio hacia la ciudadanía del actor visitante. Había un tema de nacionalismo detrás de la pasión que despertaban estos dos actores.

De los dos, Forrest, el estadounidense, fue quien más logró manipular a la opinión pública a su favor. Sobre todo a los habitantes del distrito de Five Points. ¿Qué era Five Points? Era un barrio en Manhattan, Nueva York, que estaba ubicado donde después crecieron Chinatown y la pequeña Italia, Little Italy.

Era definitivamente el área más peligrosa de la ciudad. Allí se instalaba la mayoría de los inmigrantes que llegaban a Nueva York, por decenas cada día, que se amontonaban, de hecho, en casas miserables y en sus calles abundaban la prostitución, las peleas de borrachos, los robos, además de la suciedad. Antes de la llegada a Nueva York de William Charles McCready, el actor inglés, Forrest empezó una campaña.

Incitó a sus seguidores de Five Points para que reventaran, esa fue la expresión, reventaran la representación de Macbeth del inglés en el teatro Astor Place el 7 de mayo. Eso mientras él simultáneamente actuaba esa misma noche en otro teatro cercano y representando además la misma obra. Ese boicot fue exitoso y el Macbeth de McCready tuvo que ser suspendido en plena representación debido a una lluvia de huevos podridos, papas, manzanas, limones, botellas con líquidos pestilentes y hasta zapatos, incluso asientos arrancados por el público que fueron arrojados contra el escenario.

Lo único que McCready quería era largarse de Estados Unidos, pero varios representantes de la clase alta de la ciudad lo convencieron para realizar una función más. Esto fue tomado como un auténtico desafío por la gente de la barriada de Five Points que sostenían a Forrest, pero además fue tomado como un desafío por los otros neoyorquinos que no querían saber nada de un triunfo británico, aunque fuese artístico en su ciudad. Esa noche de la función fue un día jueves, jueves 10 de mayo de 1849, unas 10.000 personas se amontonaron a la entrada del teatro Astor Place, con una actitud mucho más violenta incluso que la que habían mostrado tres días antes.

Sin embargo, la recién formada fuerza de la policía de Nueva York había tomado medidas. 100 agentes estaban apostados fuera del teatro y otros 150 se habían desplegado en el interior para aplacar cualquier intento de interrumpir la función. El séptimo regimiento de la milicia estatal de Nueva York estaba también listo para acudir en su apoyo con tropas de caballería y artillería.

Ante la imposibilidad de conseguir entradas, los alborotadores intentaron entrar por la fuerza al teatro, pero como la policía les impidió el paso, comenzaron a lanzar piedras contra el teatro y contra la propia policía. El ejército no tardó en acudir y fue recibido de igual manera por los manifestantes que creían imposible que los soldados fueran a disparar contra ellos. Pero claro, siempre hay equivocaciones y aquí se equivocaron.

Temiendo por su vida, esa es la versión, y también por su seguridad de los espectadores asediados en el edificio, las tropas realizaron una primera descarga al aire. Al pensar que estaban disparando balas pero de fogueo, los manifestantes se alborotaron aún más y atacaron a los soldados, quienes esta vez, en vez de realizar una descarga al aire, descargaron sus fusiles a bocajarro contra los atacantes. Balance, 30 civiles muertos, 120 heridos, además de 70 policías y 141 miembros de la milicia también heridos.

A los pocos días, William McReady abandonó en secreto el país y este actor inglés nunca volvió a actuar en Estados Unidos. Mientras que, al contrario, la reputación del actor local, Edwin Forrest, sufrió tanto al haber provocado la desgracia, que tuvo que mantenerse por años alejado del teatro. El teatro, el Astor Place, cayó en desgracia y cerró.

Poco después, el interior fue desmantelado, los muebles fueron vendidos y el edificio traspasado a la Biblioteca Mercantil de Nueva York, que en 1890 lo demolió y sustituyó por uno de 11 pisos que se mantiene hasta el día de hoy. El teatro Astor Place de Nueva York es escenario de estos disturbios donde murieron 30 personas el 10 de mayo de 1849. Un teatro con memoria.

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Un día como hoy, pero hace 176 años, fueron los disturbios en el teatro Astor Place en Nueva York.

Disturbios motivados por la rivalidad entre dos actores de teatro

Edwin Forrest se había convertido en la primera estrella teatral puramente norteamericana y además estaba William Charles Macready, que era su rival, pero que era inglés. No era estadounidense.

Ambos actuaron dos veces en el país de su oponente artístico. Ocasiones en las que sus funciones se convirtieron en un reto para ver cuál de los dos interpretaba mejor a Shakespeare y también, en una excelente ocasión, para que el público asistente mostrase abiertamente su desprecio hacia la ciudadanía del actor visitante. Había un tema de nacionalismo detrás de la pasión que despertaban estos dos actores.

De los dos, Forrest, el estadounidense, fue quien más logró manipular a la opinión pública a su favor. Sobre todo a los habitantes del distrito de Five Points. ¿Qué era Five Points? Era un barrio en Manhattan, Nueva York, que estaba ubicado donde después crecieron Chinatown y la pequeña Italia, Little Italy.

Era definitivamente el área más peligrosa de la ciudad. Allí se instalaba la mayoría de los inmigrantes que llegaban a Nueva York, por decenas cada día, que se amontonaban, de hecho, en casas miserables y en sus calles abundaban la prostitución, las peleas de borrachos, los robos, además de la suciedad. Antes de la llegada a Nueva York de William Charles McCready, el actor inglés, Forrest empezó una campaña.

Incitó a sus seguidores de Five Points para que reventaran, esa fue la expresión, reventaran la representación de Macbeth del inglés en el teatro Astor Place el 7 de mayo. Eso mientras él simultáneamente actuaba esa misma noche en otro teatro cercano y representando además la misma obra. Ese boicot fue exitoso y el Macbeth de McCready tuvo que ser suspendido en plena representación debido a una lluvia de huevos podridos, papas, manzanas, limones, botellas con líquidos pestilentes y hasta zapatos, incluso asientos arrancados por el público que fueron arrojados contra el escenario.

Lo único que McCready quería era largarse de Estados Unidos, pero varios representantes de la clase alta de la ciudad lo convencieron para realizar una función más. Esto fue tomado como un auténtico desafío por la gente de la barriada de Five Points que sostenían a Forrest, pero además fue tomado como un desafío por los otros neoyorquinos que no querían saber nada de un triunfo británico, aunque fuese artístico en su ciudad. Esa noche de la función fue un día jueves, jueves 10 de mayo de 1849, unas 10.000 personas se amontonaron a la entrada del teatro Astor Place, con una actitud mucho más violenta incluso que la que habían mostrado tres días antes.

Sin embargo, la recién formada fuerza de la policía de Nueva York había tomado medidas. 100 agentes estaban apostados fuera del teatro y otros 150 se habían desplegado en el interior para aplacar cualquier intento de interrumpir la función. El séptimo regimiento de la milicia estatal de Nueva York estaba también listo para acudir en su apoyo con tropas de caballería y artillería.

Ante la imposibilidad de conseguir entradas, los alborotadores intentaron entrar por la fuerza al teatro, pero como la policía les impidió el paso, comenzaron a lanzar piedras contra el teatro y contra la propia policía. El ejército no tardó en acudir y fue recibido de igual manera por los manifestantes que creían imposible que los soldados fueran a disparar contra ellos. Pero claro, siempre hay equivocaciones y aquí se equivocaron.

Temiendo por su vida, esa es la versión, y también por su seguridad de los espectadores asediados en el edificio, las tropas realizaron una primera descarga al aire. Al pensar que estaban disparando balas pero de fogueo, los manifestantes se alborotaron aún más y atacaron a los soldados, quienes esta vez, en vez de realizar una descarga al aire, descargaron sus fusiles a bocajarro contra los atacantes. Balance, 30 civiles muertos, 120 heridos, además de 70 policías y 141 miembros de la milicia también heridos.

A los pocos días, William McReady abandonó en secreto el país y este actor inglés nunca volvió a actuar en Estados Unidos. Mientras que, al contrario, la reputación del actor local, Edwin Forrest, sufrió tanto al haber provocado la desgracia, que tuvo que mantenerse por años alejado del teatro. El teatro, el Astor Place, cayó en desgracia y cerró.

Poco después, el interior fue desmantelado, los muebles fueron vendidos y el edificio traspasado a la Biblioteca Mercantil de Nueva York, que en 1890 lo demolió y sustituyó por uno de 11 pisos que se mantiene hasta el día de hoy. El teatro Astor Place de Nueva York es escenario de estos disturbios donde murieron 30 personas el 10 de mayo de 1849. Un teatro con memoria.