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Un día como hoy, pero hace 39 años muere el cantante y compositor Chito Faró.
autor de Si vas para Chile
Se llamaba, como decíamos, Enrique Moto Arenas, y había nacido el año 1915 en Valparaíso, en el Cerro Alegre, en un hogar humilde. Fue el menor de 10 hermanos. Su papá, Juan o Giovanni Moto, era un almacenero italiano, y el ancestro musical fue su abuelo paterno, el violinista italiano Gaetano Moto Mazzarelli.
Enrique fue criado, como decíamos, en el Cerro Alegre, pero después de que su madre, Marcelina Arenas Osses, enviudara, la familia se trasladó a Santiago, a vivir a uno de los conventillos de la capital. Y en vez de ir a la escuela, este hijo, el hijo menor, sumido a la familia en la pobreza, empezó a trabajar en los diversos oficios del barrio, como mocito o mandadero. A los 14 años, hacia 1929, Enrique Moto Arenas empezó a cantar y tocar guitarra en bares y cafés de San Pablo, Franklin, San Diego o la Plaza Almagro en la capital.
Era una bohemia de cabarets y restaurantes de sectores populares que nunca más le sería ajena. Ahí encontró al inventor de su célebre alias, el músico Ángel Capriolo, que lo bautizó como Chito Faró, y con ese apodo artístico actuó por primera vez el año 1935, a los 20 años, y con una orquesta en el Cabaret Chantecler, ubicado en la esquina de Avenida Mata con San Diego, en pleno barrio Chicago Chico de la capital. Faró hizo sus primeras composiciones justamente con Ángel Capriolo, después realizó innumerables giras por el país y Sudamérica, integrando compañías de zainetes y revistas, y en una de esas giras, enamorado de Buenos Aires, se radicó la capital argentina por 15 años.
Y fue allí, en Buenos Aires, donde Chito Faró escribió Si vas para Chile el año 1942, en un hotel de la calle Sarmiento, motivado por el recuerdo de la visita a cierta casa de Lobar Nechea, en la época en que Las Condes era puro campo. Si vas para Chile fue estrenada en Brasil por Chito Faró, vestido con atuendo de huaso, y a su regreso a Chile fue recibido en el céntrico restaurante El Pollo Dorado, otro punto neurálgico del Santiago Nocturno de mediados del siglo XX. Sin duda menos difundido, el resto de su repertorio es cuantioso, con más de 800 canciones, entre tonadas, cuecas, cachimbos, tangos, milongas, valses, boleros, rumbas, guarachas, trancheras, corridos y foxtrots.
Chango López, Enseñame a olvidar, Mentira, El último poeta, Los héroes olvidados o Yo era bueno son algunas de esas canciones. Hay otros títulos más urbanos, como Santiago Viejo, San Diego, Muñeca de papel o Recuerdos ariqueños. Ciudad para Chile ha sido grabada por múltiples cantantes y grupos, como Silvio Infantas y Los Cóndores, Los Guazos Quincheros, Pedro Mezone, Los Guazos de Algarrobal, el dúo español Sergio Vestíbales o la argentina Liliana Herrero.
