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La competencia presidencial post Fiestas Patrias se intensifica, con candidatos consolidados y desafiantes en la carrera. Más allá de las encuestas, se destacan los ejes discursivos de los postulantes y eventos que pueden movilizar indecisos. Temas clave como seguridad, migración, economía y estabilidad política influirán, pero también hay que poner mucho ojo en las eternas promesas electorales difíciles de cumplir y la importancia de mayorías en el Congreso.
Ha llegado ese momento después de las Fiestas Patrias donde la competencia presidencial comienza de verdad. Se acortan los plazos, mientras los que están arriba se sienten tranquilos, pero hay cartas desafiantes que no se la van a dejar fácil.
Más allá de los números de las encuestas, ya hay que comenzar a mirar más allá de las adhesiones y es dónde están los ejes discursivos de los candidatos.
Hay eventos particulares de los últimos días de la campaña que pueden movilizar a un contingente no menor de votantes que podrían cambiar su decisión en la papeleta.
Los votantes indecisos o a quienes no les interesa la política más profunda, están en un rango que puede ser muy dinámico, dependiendo su opción de declaraciones, momentos o escenas que puedan mover la aguja.
Así unos van vitrineando y definiendo qué candidato es el que les hace más sentido, a veces en ejes tradicionales como cambio-continuidad, élite o voto popular, o en otros como la esperanza y conflictividad, el conocimiento de la calle o de las eternas promesas.
Elementos relevantes en la decisión presidencial
Seguridad, migración, economía y paz social podría ser un elemento relevante en la decisión. Estabilidad política puede incidir también, a propósito de declaraciones como las de Eduardo Artés, que dijo que si gana Kast no lo dejarían gobernar, palabras que ponen en duda el valor de la democracia.
Es como una juguera donde los ingredientes los pone el elector. En este sentido hay que tener mucha atención a las promesas electorales y la fórmula en que se podrían, eventualmente, llevar a cabo. Los candidatos no tienen una varita mágica.
Hay gente que ha planteado que cuando los compromisos de los candidatos no se cumplan estos reciban algún tipo de sanción. Son parte de las muchas voces que hay en la arena.
Los gobiernos son colectivos, no son de una sola persona. Poner la esperanza en una sola figura no parece ser lo más sano, tienen que haber equipos y mayorías. Pensar en el Congreso que los ciudadanos van a elegir termina siendo muy relevante para impulsar determinadas políticas.
Cuando un Presidente tiene un congreso en su contra es difícil avanzar, sobre todo en los cortos cuatro años de gobierno. Una de las posibilidades ciertas es que, sea quien sea el Presidente elegido no tendrá mayoría en la Cámara de Diputados, por la fragmentación que hay y la gran cantidad de partidos políticos.
En el caso del oficialismo el tema de la permisología fue un golpe a la unidad del bloque. Mientras unos celebraban, otros ya estaban impugnando en el Tribunal Constitucional.
Sea como sea, las Fiestas Patrias ya terminaron y la campaña se despliega.