Ética y transparencia de BioBioChile
La obra que escribe Emmanuel Carrère (París, 1957) es una historia real que con una forma de escritura muy libre: se titula simplemente Limónov (Barcelona, Anagrama, 2013), 396 páginas. Se trata de una biografía –aunque es también una obra literaria, una crónica y varias cosas a la vez– bien documentada, tanto en la vida del personaje como en la historia más amplia que rodea la existencia de Eduard Limónov. Esto nos lleva nuevamente al viejo problema del estudio de las grandes personalidades en la historia, que por una parte nos ilustran sobre un tema, pero podrían ocultar la relevancia de los grupos sociales, las tendencias de una época y otros aspectos que también son importantes. El libro logra afirmar la importancia del personaje y se abre a explicar su vida en el contexto histórico en el cual se desarrolla.
Limónov nació en Jarkov, Ukrania, bajo el nombre de Eduard Veniakov. Era 1943, año crucial, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética desarrollaba la famosa “Guerra Patriótica” de Stalin, tras la invasión de Hitler un par de años antes y que resultó finalmente fallida y permitió el contraataque soviético. Era el hijo de un funcionario menor del NKVD (la policía secreta del régimen comunista, sucesora de la CHEKA), y admiraba a su padre en un principio. De niño aprendió pocas cosas, para toda la vida: leía mucho (incluso pensaba ser escritor), aprendió a beber “a lo ruso” (tenía “hígado de acero”); y, cuestión decisiva, aspiraba a ser el rey del crimen (incluso estaba dispuesto a matar).