El creador del Premio Nobel

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Alfred Nobel nació el 21 de octubre de 1833, en Estocolmo, Suecia. Al momento de morir, el 10 de diciembre de 1896, en San Remo, Italia, era un hombre rico y bastante conocido internacionalmente. Pronto se convertiría en una figura cuyo reconocimiento seguiría creciendo a través del tiempo, especialmente después que estableció el Premio que llevaría su nombre –el famoso Premio Nobel–, uno de los galardones más importantes del mundo en diversos aspectos.

En 1942 Alfred, sus dos hermanos y su madre se trasladaron a San Petersburgo, donde vivía el padre de familia. En general no tuvo enseñanza formal, ni escolar ni universitaria, sino que tuvo un tutor particular, que se sumó a sus aprendizajes autodidactas. No obstante, era evidente su capacidad intelectual y madurez, que le permitieron adquirir conocimientos en Química y aprender inglés, francés y alemán, además del ruso y el sueco que dominaba; además era aficionado a la literatura y la filosofía. Entre sus intereses y responsabilidades profesionales se incluían los viajes –de hecho conoció el continente americano–, pasó un tiempo en París y falleció en Italia.

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Alfred Nobel nació el 21 de octubre de 1833, en Estocolmo, Suecia. Al momento de morir, el 10 de diciembre de 1896, en San Remo, Italia, era un hombre rico y bastante conocido internacionalmente. Pronto se convertiría en una figura cuyo reconocimiento seguiría creciendo a través del tiempo, especialmente después que estableció el Premio que llevaría su nombre –el famoso Premio Nobel–, uno de los galardones más importantes del mundo en diversos aspectos.

En 1942 Alfred, sus dos hermanos y su madre se trasladaron a San Petersburgo, donde vivía el padre de familia. En general no tuvo enseñanza formal, ni escolar ni universitaria, sino que tuvo un tutor particular, que se sumó a sus aprendizajes autodidactas. No obstante, era evidente su capacidad intelectual y madurez, que le permitieron adquirir conocimientos en Química y aprender inglés, francés y alemán, además del ruso y el sueco que dominaba; además era aficionado a la literatura y la filosofía. Entre sus intereses y responsabilidades profesionales se incluían los viajes –de hecho conoció el continente americano–, pasó un tiempo en París y falleció en Italia.