Confesiones de un escort: de oficinista a acompañante que recibe insólitos pedidos

17 julio 2022 | 09:00

Un hombre que trabajaba en una oficina, supo que podía dedicarse a otra actividad, lejos de los números. Irónicamente sus finanzas mejoraron y ahora hace confesiones en los medios australianos. Entre estas, las peticiones más inverosímiles que ha tenido que sortear de desesperadas clientas.

Sídney es una ciudad cosmopolita. A miles de kilómetros de Latinoamérica. Las confesiones de un escort llegan desde esa ciudad australiana, donde los pedidos más insólitos los recibe un hombre que decidió cambiar de rubro hace casi una década.

Su nombre es Ryan James, tiene 34 años y una historia singular que se ha vuelto viral en las últimas semanas.

El podcast “I’ve Got News For You”, del periódico de Australia news.com.au, fue el encargado de darla a conocer, más allá de este diverso continente. Y, vaya que lo es.

James era un hombre que se dedicaba a las finanzas, a los números que lo envolvían durante largas jornadas en una oficina. Nunca imaginó que, entre operaciones matemáticas, su vida cambiaría de golpe cuando una mujer apareció en esta, para compartirla con él. Además de su pasado, el cual no estaba lejos de alcanzarlos a ambos.

“No me gustaba mucho mi trabajo en esa época. Así que pensé: ‘Sabes qué, voy a intentarlo también"”, indicó.

Sucede que su ahora exnovia, le dijo que volvería a ser escort. James no la dejó en el acto. La siguió en su camino a ser acompañante, dejando su oficio en las finanzas, sin imaginar que esto mejoraría las suyas.

Fue así como este hombre dio un portazo a su aletargada forma de ganarse el sustento. Encontró, entendiendo su relato, la pasión que tanto faltaba y, de paso, le ayuda a mujeres que no cumplen con un estereotipo, quienes le hacen algunos pedidos insólitos que ha tenido que rechazar.

Las confesiones de un escort australiano

Ryan James realizó sin tapujos las confesiones de un escort, que no son públicamente usuales.

En el podcast en el que participó el mes pasado se abrió como un libro, para sorpresa de su entrevistadora, quien aseguró que un inicio tenía sus reservas ante este tipo de situaciones.

No obstante, la forma de relato cautivó a la conductora Jana Hocking, quien le preguntó sobre sus clientas: ¿es verdad que son señoras adineradas entre 50 y 60 años?

“He visto bastantes vírgenes a lo largo de los años. Por lo general, son tímidas y nerviosas, pero llegan con una actitud que dice: ‘¡Hagamos esto!’. He visto clientas que tienen 40 años y aún son vírgenes”, contestó James a Hocking.

Una de las razones por la que es buscado, es porque se describió en la entrevista como “cortés” y “educado”. Un “caballero en todo momento”. “Cualquier encuentro que llevemos adelante será realmente memorable, dejándote con ganas de volver una y otra vez”, promocionó para sí mismo.

Si bien las vírgenes que lo contratan han crecido en porcentaje a lo largo de casi 10 años de sus servicios, sostiene que hay variedad de mujeres en edad, condición social y más, que lo buscan reiteradamente.

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En algunas ocasiones lo hacen para tener relaciones íntimas, pero en otras sólo para conversar. Las más adineradas lo invitan como acompañante a fiestas y hasta de vacaciones. Las que no tienen posibilidades económicas no son discriminadas.

Para sorpresa de algunos, los maridos de mujeres que quieren experimentar fuera del matrimonio, forman parte de una clientela indirecta o directa.

“Muchas veces es el hombre quien me habla en nombre de su esposa o novia. Suelo permanecer entre una y dos horas. Subimos a la habitación a tomar una copa y a charlar un poco. Luego, muchas veces, el tipo se queda sentado mientras yo estoy en la cama con su pareja o esposa. Puede que él se nos una para hacer un trío”, confesó.

Algunos maridos lo contratan como escort y algo más para sus parejas.

La tarifa del escort australiano

Una vez dilucidado el por qué de su actividad laboral y detalles de sus clientas (además es actor porno y personal training), dentro de las confesiones de un escort, Ryan James habló de la tarifa con la que las australianas en Sídney, u otras mujeres, pueden acceder a sus servicios.

“Cobro 800 dólares australianos (casi 550 mil pesos chilenos) por dos horas la primera vez que contratan el servicio. Después de eso, cobro 800 dólares australianos la primera hora y 600 dólares australianos (unos 412 mil pesos chilenos) la segunda”.

Las mujeres que quieren tener un encuentro sexual, por primera vez en sus vidas, son una novedad dentro de las revelaciones hechas por este australiano. Atrás quedó el mito de que se trataba sólo de mujeres ancianas adineradas.

“Me llaman jóvenes, mujeres grandes vírgenes que quieren debutar…Lo que pasa con las clientas más jóvenes es que no tienen tanto dinero, por lo que tiende a ser una experiencia única”.

Confesiones de un escort: un pedido que tuvo que rechazar

El podcast en el que el escort australiano, Ryan James, revela detalles de esta que considera su actividad laboral bien remunerada, tiene anécdotas afines a su “oficio” y otras que rayan con la incredulidad.

Entre lo normal, que le pidan ser la sorpresa para una agasajada que celebra la vida de forma singular.

“Se trató de una de las experiencias más alocadas. Pidieron que me convirtiera en un ‘regalo’ para un cumpleaños sorpresa”, confesó entre risas. Fue su primer trabajo como acompañante. Desde entonces supo que no podría parar de hacerlo.

Los réditos que le deja, por horas de servicio, no son únicos.

“En los últimos dos años visité muchos lugares de Australia. Resorts de lujo, tours y actividades divertidas también. Conocí muchas bodegas, he ido a buscar trufas, practicado ciclismo, buceo, lo que sea”, aseguró James.

No obstante, uno de los pedidos de una potencial clienta, lo descolocó. No sólo lo rechazó, sino que hoy forma parte de su historial de situaciones que sortear en este que es su mundo y, al parecer, no piensa abandonar.

“Me avisó que quería un bebé. Me solicitó que usara un frasco para depositar esperma y a continuación lo dejara en su buzón de correo. Obviamente, me negué”, dijo Ryan James.

El límite para él, es no dejar descendencia en medio de su actividad de escort, pese a saber que la satisfacción de sus clientas lo mantiene en un rubro el cual asegura que le apasiona.

Viajes, hoteles de lujo y más, forman parte de sus réditos como escort australiano.