Lenys Zambrano, llegó en el 2019 a Chile, buscando la posibilidad de surgir y aportar como pediatra. Desde que egresó de medicina en la Universidad del Zulia en 2011, Lenys buscaba entregar una atención integral a los niños y también establecer una conexión con las familias.
De esta manera, Zambrano expresa a BioBioChile, que su principal motivación es atender emocionalmente a los niños, que hoy asisten periódicamente a los controles médicos. Es justo este propósito, que inspira su trabajo de todos los días.
“Tomé la decisión de estudiar medicina a los cuatro años”, afirma sonriente Lenys Zambrano, a través de una videollamada con BioBioChile. “Yo decía que iba a ser doctora de los niños”, reconoce la venezolana.
Con esa claridad, Lenys expresa que soñaba con tener un parque para jugar con los niños, ya que siendo hija única, ese era su mayor deseo. “A pesar de que no tenía nadie cercano, porque ni mi papá ni mi mamá eran médicos”, afirma. “Jugaba con una Barbie doctora”, aclara entre risas. “Le apretaba un botoncito que tenía el estetoscopio y escuchaba los latidos del corazón”, expresa.
En este contexto, Lenys que es oriunda de Maracaibo, afirma que cuando quedó en la carrera, vivió “una alegría demasiado grande”. Según recuerda, vio su nombre en una lista que salió publicado en el diario. Desde entonces, hizo su máximo esfuerzo para entregar la mejor atención a los niños, quienes la instaron a elegir la especialización en pediatría.
De hecho, hizo su postgrado, en el Hospital de Niños de Veritas, de su natal, Maracaibo. “Los doctores que estaban allí, eran demasiado preparados con los pacientes”. Del mismo modo, ese ejemplo, le sirvió para entender la puericultura, la disciplina que se encarga de los cuidados, desarrollo saludable y de la crianza de los niños, no solo desde lo físico, sino también las relaciones entre el niño, el medio ambiente y también desde su neurodesarrollo, explica la doctora a BBCL.
La difícil decisión de inmigrar
Ya desde su época como estudiante de posgrado, Lenys se percató que “Venezuela había cambiado” desde que Nicolás Maduro, asumió el poder en 2013.
Por lo mismo, con sus estudios de posgrado concluidos, pensó en inmigrar como la única opción viable, dado que la vida se había vuelto insostenible en Venezuela. Todos los electrodomésticos se dañaron, el refrigerador y la lavadora, porque habían explotado por los cambios en la frecuencia de la corriente eléctrica, describe a BioBioChile. “Entonces, cuando se iba la luz, regresaba con mucha potencia y dañaba todos los artículos”.
“La calidad de vida que yo podía tener allá se perdió completamente”, remarca a La Radio. “Llegó un minuto donde comíamos fideos con nada”, afirma Lenys.
De hecho, la doctora relata que junto a su esposo Nerio Ruiz, vivió una Navidad bastante emotiva, al carecer de la comida para celebrar la festividad.
“Estábamos sentados en las escaleras de la casa y no teníamos ni luz ni comida, un 24 de diciembre. Ahí fue cuando dijimos: ‘esto es demasiado’. Y bueno, apenas me entregaron la titulación, salí corriendo. De hecho, yo ni siquiera recibí el título con la toga y el birrete, sino que lo recibí por una taquilla y me fui”.
Así pues, con una maleta llena de ilusiones, juntos partieron de Maracaibo, para vivir diez meses en Perú, hasta radicarse definitivamente en Chile en el 2019.
En ese sentido, como familia, pudieron progresar lentamente en el país vecino, aunque nunca perdieron la esperanza de viajar a Chile, ya que en nuestro país, estaban los hermanos de Nerio. “La verdad es que una vez que tomamos la decisión de venirnos a Chile, también fue lo mismo, se dio todo perfecto, para podernos venir”, agrega la marabina a BBCL.
La decisión de radicarse en Chile
“Fue un poquito cuesta arriba, pero realmente ni tanto, porque mi esposo, que es optometrista, consiguió trabajo a las dos semanas de llegar a Chile”, recuerda la doctora a BBCL.
Así las cosas, a los pocos días de llegar al territorio nacional, en pleno 2019, el matrimonio venezolano pudo afianzarse a su nueva realidad, una que involucraba trabajar por largas jornadas con un propósito a la vista: progresar.
Mientras Lenys se preparaba para la rendición del Eunacom, que es el examen teórico-práctico de medicina general que deben rendir tanto chilenos como extranjeros para ejercer, ella se desempeñó como cuidadora de ancianos en la comuna de Talagante.
Todo esto ocurrió en mayo y ya en julio de 2019, Zambrano rindió los exámenes que la habilitaron para ejercer la medicina, a partir de enero de 2020.
Desde entonces, se ha dedicado a ejercer en diferentes centros de salud y clínicas, en la especialidad de medicina general infantil. Así estuvo por dos años, hasta que con otra colega decidieron abrir una consulta. “Tuvimos una oficina con una pequeña recepción y con dos boxes de atención”, rememora la pediatra.
De hecho, la iniciativa dio buenos resultados, pero como la demanda de los pacientes crecía, muy pronto Lenys pudo independizarse y abrir su propia oficina con un equipo multidisciplinario que integran ahora diferentes carreras como fonoaudiología, terapia ocupacional, kinesiología, psicología y especialidades como neurología infantil.
De esta manera, nació Universo Pediátrico, un lugar bastante parecido a sus sueños infantiles. “Gracias a dios lo estamos dando todo”, expresa Lenys. “Yo siento que puse un pie en Chile y todo fluyó”, asevera. “Todo lo que no logré en mi país, lo logré aquí. Aunque suene feo, en mi país, no había oportunidades de nada. Mi primer auto lo tuve aquí”, destaca la doctora a BBCL.
“Yo siento que este es un país de oportunidades y que para el que de verdad tiene ganas de trabajar y de luchar por lo que quiere, lo valora. Yo normalmente trabajaba de lunes a lunes. Trabajaba hasta las 12 o 1 de la noche todos los días”, confiesa Zambrano. “Ahora trabajo hasta las 12 de la noche casi todos los días. Precisamente porque sé que los horarios de los papás son bastante inflexibles”, complementa.
Sanar el alma de los pacientes
A pesar de la travesía que realizó, Lenys, no olvida que en los días en que estaba cansada, se dedicaba a mirar la Cordillera de los Andes, mientras esperaba la micro en el paradero del metro San Alberto Hurtado en la comuna de Estación Central. “La cordillera es muy hermosa, parece un cuadro en invierno”.
También para Lenys, el encontrarse en Chile, la ha acercado a la espiritualidad, donde cree que Dios intercedió en su buen momento profesional. “Sus tiempos son tan maravillosos que hace que todo fluya”, afirma con una sonrisa. “Entonces, todos los días me levanto dándole gracias a Dios y diciéndole que estoy lista para un nuevo día y para dar lo mejor de mí a cada uno de los pacientes”.
A nivel personal, la doctora cree que las palabras que uno pueda ofrecer, son valiosas para los inmigrantes, en especial, para los recién llegados. “Muchos llegan devastados, porque hicieron un esfuerzo gigante por pagar la consulta. Realmente cuando hablas con ellos, lo que te dicen es, ya no aguanto más, estoy cansado y tú, le cuentas tu historia de vida y le dices, mira, o sea, todos pasamos al principio, situaciones complicadas cuando emigramos, es normal. A veces el problema no es físico, sino que es algo más del alma”.
“Pero lo que hay que tener es paciencia y tener un norte. Si tú tienes un norte, vas a lograrlo y todo va a estar bien, trato de que siempre esté Dios por delante”, cierra Lenys.