A sus 78 años, Glenn Close es una de las mayores actrices de carácter, con varios papeles que marcaron época como Alex Forrest, la obsesiva protagonista de Atracción fatal (1987), y hasta su paso por la comedia como Cruella de Vil en 101 dálmatas (1996), la han dejado como toda una referente de la actuación.
Sin embargo, a pesar de su reconocimiento internacional, Close, tiene una historia familiar bastante inusual, cuando su padre, William Taliaferro Close, decidió mudar a la familia de Connecticut a Suiza, cuando ella tenía 7 años.
El viaje, era para unirse a la secta religiosa “Re-Armamento Moral”, una organización fundada por el pastor Frank Buchman, que gozó de popularidad a mediados de los años 60.
La decisión impactó enormemente en la vida de la actriz, ya que la secta les dictaban cómo debían comportarse.“Yo deseaba gustar y formar parte de una comunidad, así que me convertí en un soldadito diligente, negándole su identidad a esa niña frágil por el bien del grupo”, confesó Close a El País.
Fue esta tensión —argumenta la actriz— que trastocó su propia forma de pensar, provocando que sus relaciones no hayan funcionado como habría querido. “He tenido mala suerte en el amor, lo cual es triste. No es algo en lo que haya pensado demasiado”, afirmó la actriz en conversación con The Guardian.
La infancia de Glenn Close
Glenn Close tuvo una vida relativamente normal. Aunque claramente hay un antes y después, después que abandonó la granja familiar en su natal Connecticut. “Yo era una niña pequeña y salvaje. Mi interior necesita la naturaleza”, recordó la intérprete de Albert Nobbs.
Durante aquellos años, su padre, decidió seguir los postulados de honestidad, pureza, altruismo y amor del grupo “Re-Armamento Moral”, arrastrando a su propia familia al control autoimpuesto de Frank Buchman, un fundamentalista evangélico, originario de Pensilvania.
Según Close, el impacto de la secta fue tan grande que la afectó hasta su adultez. “No confiaba en ninguno de mis instintos porque [mis creencias] me habían sido impuestas”, reflexionó en una íntima entrevista con The Hollywood Reporter.
Durante aquel tiempo, la actriz señaló que “básicamente no te permitían hacer nada, o te hacían sentir culpable por cualquier deseo que consideraras poco natural”, indicó al citado medio. “Si hablas con cualquiera que haya formado parte de un grupo que, en esencia, dicta cómo debes vivir, qué debes decir y cómo debes sentirte, desde los 7 hasta los 22 años, verás que tiene un profundo impacto. Es algo que tienes que superar conscientemente porque todos tus puntos débiles están ahí”.
En ese sentido, cuando su familia se unió a la secta, Close afirmó que la sola experiencia, causó “una devastación psicológica” que perdura hasta hoy. “He ido a terapia durante años”, indicó en alguna ocasión.
A los 22 años, Glenn finalmente pudo abandonar la influencia de la secta, ingresando a la universidad de Virginia, donde tuvo su primer contacto con el teatro. Así también, la aspirante a actriz, un día vio una entrevista de Katharine Hepburn, que la ayudó a replantearse su vida en adelante. “Ella se afirmaba plenamente, mientras que yo no sabía quién era. Tengo mucho respeto por las mujeres que parecen tan seguras de sí mismas”, contó Close a El País.
El perdón de Glenn Close
En reiteradas entrevistas, Close señala que ha tenido mala suerte en el amor, debido a los episodios vividos al interior de la secta. Así pues, en su primer matrimonio, se casó con el músico Cabot Wadet. Tras la separación, Close se casó con James Marlas, un empresario, y de manera reciente con David Shaw, también dedicado a la administración de empresas. No obstante, la relación con el productor de cine, John Starke, fue la más consolidada, pues con él tuvo a su hija Annie.
“Es asombroso que algo que viviste en una etapa tan temprana de tu vida, aún tenga tanto potencial destructivo”, añadió Close en el documental The Me You Can’t See de Apple TV. “Creo que es un trauma infantil. Estoy traumatizada psicológicamente”.
A pesar de que entró a “Re-Armamento Moral”, en 1957, la actriz ha dicho que los eventos pasados, le ha permitido tomar conciencia sobre los problemas de salud mental que han afectado a su propia familia. Tal como ocurrió con su hermana Jessie, que le diagnosticaron trastorno bipolar, a los 50 años.
“Éramos ignorantes o no teníamos vocabulario para hablar de enfermedades mentales”, dijo a The Hollywood Reporter. “Ella era la irresponsable, la rebelde”, agregó.
Con ella, explicó Close, fueron “muy unidas”, al menos “dentro de lo que cabe en esas circunstancias”, explicó al medio de entretención.
Si alguna vez la actriz sintió indignación hacia su padre, ese enojo, ya no existe. “Siempre pensé que, por cómo funciona la vida, la carga del perdón recae sobre el niño”, reflexionó Close. “Así son las cosas. El perdón es probablemente el concepto más revolucionario que existe ahora mismo en nuestro mundo. Porque sin perdón, simplemente se perpetúa lo que ha sido antes. Hay que decir: ‘Esto se acaba conmigo’”, finalizó.