Las fotos de Andrea Ivanova han dado la vuelta al mundo tras realizarse una serie de procedimientos estéticos para ser la mujer con los labios más grandes.
De acuerdo con el Daily Mail, además de la boca, la influencer búlgara de 27 años también se modificó el mentón, la mandíbula y los pómulos.
“Me gustan las cosas exageradas, como los labios enormes, una cara con muchos rellenos, el maquillaje pesado y excéntrico”, dijo al medio británico. “La belleza natural me aburre, así que decidí cambiar mi apariencia radicalmente“.
Las cirugías comenzaron en 2018 e Ivanova contó que hoy sus médicos son cautos y le advierten que no debería continuar realizándose operaciones o inyectándose ácido hialurónico.
“Mi médico tenía miedo de inyectarme más ácido hialurónico en los labios, pero yo estaba convencida de que quería más y no voy a parar“, aseguró.
De hecho, para su más reciente procedimiento, en febrero pasado, tuvo que buscar a un médico en Alemania, ya que su habitual doctor se negó a continuar. Ahora, sufre algunas molestias, pero dice que se encuentra bien y planea seguir avanzando en su transformación.
La vida de Andrea Ivanova
La influencer ha mencionado que le gustaría parecerse a las muñecas Bratz, pero su apariencia le ha traído algunos conflictos, por ejemplo, le cuesta comer y dice que no ha podido encontrar el amor.
Además, los procedimientos son dolorosos. Después de la última vez que la inyectaron dijo que tenía molestia en todo el rostro y dolor en la mandíbula y el mentón.
Más recientemente, dijo que “solo siento una ligera molestia, pero ahí es donde tengo más relleno y donde más inyecciones me han puesto. Cuanto más relleno tengo, menos me duele la zona”.
Su nuevo doctor también le expresó sus preocupaciones “no tuve miedo de ponerme tantas inyecciones a la vez porque confío en mi médico y es un gran profesional en cirugía estética, pero tienen miedo de que se me produzca necrosis y tengan que extirparme quirúrgicamente el tejido de los labios si sigo así“, reveló.
Por último, reflexionó que “no se debe juzgar a la gente por su apariencia. Es su gusto y nadie tiene derecho a ofenderse por ello. (…)Creo que seguiré poniéndome varias inyecciones en un día de ahora en adelante, porque me hace muy feliz”.