Esta semana, Récord Guinness reconoció al pequeño Nash Keen -que acaba de cumplir 1 año- como “El bebé más prematuro del mundo”.
Sus padres le pusieron el cariñoso apodo “Nash potato” y dicen que es “decidido, curioso y el bebé más feliz que conocerás. (…) Es pura alegría en un paquete pequeño”.
Nash nació el 5 de julio de 2024 y sobrevivió pese a haber llegado al mundo 133 días antes del término del embarazo, que dura aproximadamente 280 días. Su madre dio a luz exactamente a las 21 semanas.
Mollie Keen, madre del bebé que acaba de recibir el título, dijo que ha sido un año complejo, ya que la salud de Nash tuvo que ser cuidadosamente vigilada.
“La verdad es que es surrealista. Hace un año, no sabíamos cómo sería el futuro, y ahora hemos celebrado su primer cumpleaños“, expresó en un comunicado de Récord Guinness.
“Ha llegado muy lejos, y este hito no se trata solo de cumplir un año, se trata de resiliencia, esperanza y todo lo que ha superado para llegar aquí”, añadió su mamá.

*Nash y su papás en su primer cumpleaños | Récord Guinness
El bebé más prematuro del mundo sobrevivió
Recordemos que, los bebés con nacimiento extremadamente prematuros (NPE), como Nash, sufren complejos riesgos durante las primeras horas y días después del parto.
Este fue un caso especial porque nació más temprano que el promedio de bebés prematuros (19 semanas) y era casi del tamaño de una mano. Molly dio a luz en el Centro de Salud de la Universidad de Iowa, en Iowa City, EE.UU. e inmediatamente pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).
“Cuidar a un bebé nacido a las 21 semanas es muy diferente a los casos típicos de prematuros. Los bebés que nacen tan prematuramente requieren atención altamente especializada, vigilancia constante y monitoreo frecuente; cada hora puede marcar la diferencia“, dijo la Dra. Amy Stanford, que estuvo a cargo del caso.

*Nash recién nacido | Récord Guinness
“Era tan pequeñito que apenas podía sentirlo en mi pecho”, recordó su madre. “Estaba cubierto de cables y monitores, y estaba muy nerviosa… pero en cuanto lo pusieron sobre mi pecho, todos mis nervios desaparecieron. Había esperado tanto tiempo para ese contacto piel con piel —tres semanas para ser exacto— y sentí un alivio y un amor puros a la vez”, expresó.