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Qué aportes entrega una siesta corta y por cuánto tiempo debería extenderse para que sea beneficiosa

21 abril 2025 | 17:58

Hay quienes piensan que tener un sueño reparador es suficiente para obtener energía suficiente para una jornada, descartando de plano la idea de tomar una siesta corta durante el día.

Si bien la primera reflexión es cierta, la segunda también lo es. Distintos estudios revelan que tomar una siesta puede mejorar la salud cognitiva y emocional, sin embargo, hay que considerar la cantidad de tiempo que se invierte para hacerlo, ya que puede afectar al resultado.

¿Qué beneficios tiene tomar una siesta corta?

El Dr. Guy Meadows, psicólogo del sueño, autor y fundador de The Sleep School -una empresa que ayuda a pacientes con insomnio-, afirmó a The Telegraph que tener una siesta corta puede incorporar una serie de beneficios al organismo.

Según explicó, esta práctica hace que el cuerpo entre en una fase de sueño ligero, que permite recuperar energía, reducir el estrés y mejorar la memoria.

A la vez, indicó que entrega beneficios cardiovasculares, sobre todo para personas con falta de sueño o bajo estrés; reduce la presión arterial y la variabilidad de la frecuencia cardiaca.

Otro aporte positivo está ligado a una investigación de 2023, que demostró que las siestas regulares pueden desarrollar un “mayor volumen cerebral”. El estudio aplicado a personas de entre 40 y 69 años, apunta que este mayor volumen está vinculado a una buena salud cerebral y a un menor riesgo de demencia y otras enfermedades.

¿De cuánto deberían ser las siestas?

Tal como adelantábamos, el tiempo por el cual se extiende una siesta es muy relevante a la hora de pensar en sus efectos positivos.

Las recomendaciones generales apuntan que estas deberían extenderse por 10 a 20 minutos. Sobre esa línea, la Dra. Maja Schaedel, cofundadora de The Good Sleep Clinic, indica al citado medio que “sabemos que una siesta de tan solo 15 minutos puede ayudar a nuestro cuerpo a mejorar: nuestros tejidos se reparan, los músculos se desarrollan y nuestro sistema inmunitario se fortalece. La siesta es muy beneficiosa para aprender nuevas habilidades y, en los bebés, es vital“.

Sin embargo, si se extiende mucho más allá de estos plazos, sus beneficios podrían pasar a generar efectos perjudiciales.

Es común que las personas, al menos una vez en su vida, hayan tenido una siesta que pasó todos los límites. Hablamos de esos casos cuando, de forma voluntaria o involuntaria, te fuiste a dormir en la tarde y luego despertaste desorientado, sin saber qué hora o día es.

En ese tipo de casos, es probable que luego, al intentar dormir en la noche, te haya costado conciliar el sueño -o que ni siquiera pudieras dormir.

Esto ocurre porque se altera la presión del sueño. Se trata de un mecanismo fisiológico que nos impulsa a dormir, la cual se acumula durante el día y entre más tiempo te mantengas despierto. Según explica a The Telegraph el Dr. David Lee, director clínico de Sleep Unlimited, la presión del sueño está regulada principalmente por adenosina, “una sustancia química que se acumula en el cerebro a lo largo del día”.

Con ese antecedente sobre la mesa, aconsejan estar atento a la reacción que tenga el cuerpo al dormir una siesta. Al respecto, el Dr. Lee enfatizó ante el citado medio que “si puedes tomar una siesta durante el día y aun así dormir bien por la noche, adelante. Si no, elimina las siestas (…). Incluso la persona que peor duerme dormirá bien si la mantienes despierta durante un tiempo considerable. Acumulará una enorme presión de sueño y, al final, necesitará cerrar los ojos”.