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Ni bien ni mal, estás "meh": lo que realmente te está pasando cuando sientes que nada te mueve

26 julio 2025 | 11:15

“El otro día, miré mi lista de tareas pendientes como si estuviera escrita en un idioma extranjero. Tenía cosas que hacer. Cosas razonables. Ni siquiera cosas terribles. Y, sin embargo… No podía hacer que me importara. No estaba cansada. No estaba rebasada. Simplemente, me sentía ‘meh"”.

Así describe la doctora Lindsey Godwin, investigadora y experta en comportamiento organizacional, la sensación de que nada te mueve o importa.

“Empiezas a preguntarte: ¿Estoy desmotivado? ¿Soy flojo? ¿Estoy fallado?”, manifestó.

Pero según explicó la profesional en una columna en Psychology Today, el verdadero problema no es la falta de motivación, sino la desconexión.

“Es una gran diferencia. Y comprender ese cambio puede ser el primer paso para encontrar tu energía nuevamente, no presionando más, sino reconectándote con lo que más importa”, afirmó.

No es “pereza”

Godwin indicó que la sociedad actual está obsesionada con la productividad, por lo mismo, cuando no estás logrando algo, esforzándote, o “rompiéndola”, te arriesgas a ser etiquetado como flojo, mediocre o poco ambicioso. Pero a su juicio es un “diagnóstico erróneo”.

“La investigación en psicología muestra que lo que llamamos ´pereza’ es con frecuencia un síntoma, no un defecto de carácter. A menudo indica agotamiento, depresión o pérdida de propósito, especialmente cuando las tareas que alguna vez se sintieron significativas ahora se sienten vacías”, indicó la experta.

“En otras palabras: no estás roto. Simplemente no estás inspirado. Y eso es algo con lo que puedes trabajar”, enfatizó.

Ojo si la sensación persiste mucho tiempo

Si bien es normal sentirse indiferente de vez en cuando, cuando ese sentimiento de “meh” se mantiene por mucho tiempo puede ser indicativo de algo más preocupante, como un posible trastorno depresivo.

“El trastorno depresivo persistente consiste básicamente en sentirse triste o vacío. No se trata de que las personas estén tan incapacitadas que no puedan levantarse de la cama”, afirmó la Dra. Nina Cerfolio, psiquiatra estadounidense, a CBS News.

La psiquiatra explicó que si bien no es tan grave como la depresión, podría durar mucho tiempo y llegar a afectar tu salud mental.

“Creo que puede pasar desapercibido porque la gente piensa que tal vez se trate de su personalidad”, indicó, por otro lado, Marissa Nelson, terapeuta matrimonial y familiar.

“Más que nada, creo que se trata de reconocer que te sientes ‘meh’ y saber que mereces sentirte mejor y vibrante”, dijo Nelson.

Cómo salir de esa desconexión

Godwin manifestó que la mayoría de las personas tratan de volver a sentirse “motivadas” o “reconectadas” con estrategias como ajustar horarios, ponerse alarmas para hacer cosas, prometerse recompensas al terminar tareas, entre otras.

Sin embargo, estas suelen funcionar a corto plazo, pero no duran mucho, porque no resuelven el problema de fondo: la desconexión con el significado o propósito de lo que estás haciendo.

Al respecto, la especialista cita la llamada Teoría de la Autodeterminación, la que postula que para que la motivación sea sostenible debe cumplir con lo siguiente:

– Autonomía: Elijo esto.
– Competencia: Puedo hacer esto.
– Identificación: Esto me importa a mí y a los demás.

“Si tus días están llenos de tareas que no elegiste, que no se siente que tengan impacto, o que no estás seguro de que eres incluso bueno en eso, no es de extrañar que te sientas estancado”, expresó.

Cómo pasar del “debería” al “quiero”

Para pasar del “debería” al “quiero”, dijo Godwin, hay que entender las diferencias entre la motivación extrínseca e intrínseca.

La primera viene de recompensas externas como dinero, elogios, calificaciones y plazos. En cambio, la segunda es la que viene de impulsos internos, tales como curiosidad, propósito, disfrute y valores.

Aunque funciona momentáneamente, la motivación extrínseca dura poco, pues tiende a disminuir rápido porque se siente como una “check list” (lista de verificación) tediosa. En cambio, la intrínseca, se queda. “Te da energía, incluso cuando las cosas son difíciles”, expresó la especialista.

“Así que si sientes que nada te mueve últimamente, puede ser el momento de volver a sintonizar tu brújula interior, no forzándote a hacer más, sino preguntándote a ti mismo: ¿Qué me movería en este momento? ¿Qué haría que esto pareciera que importa de nuevo?”, añadió.

3 formas de reconectar con tu motivación interna

Godwin da tres claves para salir del estado “meh”:

1. Escudriña en el “por qué”: pregúntate ¿por qué estuve de acuerdo con esto en primer lugar? ¿A qué creía que conduciría o apoyaría esto?.

“A veces encontrarás que hay un valor más profundo-conexión, crecimiento, impacto, pero lo perdiste de vista bajo la presión de actuar. Otras veces, la respuesta podría ser ‘Yo no elegí esto realmente en absoluto’. Y esa realización también es valiosa. Puede ayudarte a renegociar lo que asumes y lo que dejas ir”, manifestó.

Un ejemplo de cambio de enfoque pude ser pasar de “Tengo que hacer este informe”, a “hago este informe porque respalda el proyecto que me importa, o porque me da la oportunidad de aprender algo nuevo”.

2. Enfócate en la sensación que deseas: La profesional señala que no debes esperar a sentirte motivado, “comienza evocando la sensación que deseas tener una vez que termines la tarea.

“Por ejemplo: Si quieres sentirte útil, haz algo pequeño que ayude a alguien. Si quieres sentirte con energía, reproduce tu lista de reproducción optimista favorita durante cinco minutos. Si quieres sentirte conectado, envía un mensaje de texto a alguien que amas”, manifestó.

Esa sensación puede motivarte a seguir adelante.

3. Dale una oportunidad a lo que realmente amas: Es tan simple con darte al menos 15 minutos al día para hacer algo que te encante. ¿Te gusta escribir, salir a caminar, leer un cómic?

“Esto no es procrastinación. Es reconexión. Y alimenta el tipo de energía que se derrama en otras partes de tu vida”, expresó.