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Teletón y su fuerza silenciosa

26 noviembre 2025 | 09:46

Cada aporte, cada gesto y cada decisión de apoyar a la Teletón se transforma en una red de contención que va mucho más allá de lo económico. Es una cadena invisible de empatía que fortalece a quienes, pese al cansancio, nunca dejan de creer.

Hay historias que no siempre aparecen en pantalla, que no se cuentan en cifras ni se miden en metas alcanzadas, pero que sostienen, día a día, el verdadero sentido de la Teletón. Son las historias de madres, padres, abuelos y hermanos que, con una mezcla profunda de amor, cansancio y valentía, acompañan a sus hijos en un camino que no eligieron, pero que enfrentan con una dignidad que conmueve.

Cada familia que llega a un centro de rehabilitación carga mucho más que un diagnóstico. Carga sueños, temores, mochilas de incertidumbre y una fuerza inmensa por ver a sus hijos avanzar, sonreír, superar barreras que muchas veces el mundo insiste en imponer.

Allí, en esos pequeños grandes logros cotidianos: un primer paso, una palabra, un gesto de autonomía, se revela la verdadera dimensión de lo que significa la Teletón.

Ser parte de este proyecto es una forma concreta de decirles a esas familias que no están solas, que su esfuerzo diario importa, que hay una comunidad entera que reconoce su lucha silenciosa y que camina junto a ellas. Es entender que la inclusión no se construye solo con discursos, sino con presencia, compromiso y acompañamiento real.

Como Comunidad Judía de Chile, hemos sido parte de la Teletón desde sus inicios desde un lugar profundamente humano. No solo como institución, sino como mujeres, hombres, madres, padres y como parte de una sociedad que elige cuidar.

Porque entendemos que apoyar a estas familias es también abrazar su esperanza, sostener su resiliencia y decir con claridad que merecen todas las oportunidades para que sus hijos desarrollen su máximo potencial.

Cada aporte, cada gesto y cada decisión de apoyar a la Teletón se transforma en una red de contención que va mucho más allá de lo económico. Es una cadena invisible de empatía que fortalece a quienes, pese al cansancio, nunca dejan de creer. Es estar presentes en su camino, reconociendo el valor de su entrega diaria y el amor incondicional que los impulsa a seguir adelante.

Participar en la Teletón es elegir mirar a los ojos a esas familias, reconocer su esfuerzo inmenso y acompañarlas con respeto y sensibilidad. Porque detrás de cada niño y niña que se esfuerza hay una historia de amor profundo, un hogar que sostiene, que no se rinde y que merece sentirse acompañado y validado.

Hoy, más que nunca, los invito a sumarse con el corazón y con acciones concretas. A ser parte activa de este proyecto que transforma vidas y que nos recuerda que una sociedad se construye desde el cuidado y la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

Apoyar la Teletón es, en definitiva, un acto de solidaridad compartida. Es reconocer que el progreso de un niño también es el progreso de todo un país, y que cuando acompañamos a una familia, fortalecemos y nutrimos el alma misma de nuestra sociedad.