A seis días de la segunda vuelta del 14 de diciembre, Chile entra en la recta final de sus elecciones presidenciales, en la que se enfrentarán el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, y la abanderada oficialista, Jeannette Jara.
Las últimas encuestas siguen dando a Kast como el vencedor, con una ventaja clara de 10 a 15 puntos sobre Jara, que no ha logrado reducir de manera significativa la diferencia de votos durante los últimos días.
José Antonio Kast —que obtuvo el 23,9% en la primera vuelta— parece aprovechar las transferencias de votos de los candidatos de derecha derrotados, al conseguir el apoyo del libertario Johannes Kaiser y de la representante de Chile Vamos, Evelyn Matthei, que obtuvieron respectivamente el 13,9% y el 12,4% de los votos.
En frente, Jeannette Jara -que consigió el 26,9% en primera vuelta-, no parece tener importantes reservas de votos para sumar un resultado que le permita ganar, ya que la suma del resto de los candidatos que podrían considerarse de su sector —Harold Mayne-Nicholls, Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés— apenas supera el 3%.
“Hay un 90 o un 95% de probabilidad que gane José Antonio Kast”, señala Raúl Elgueta, director del Instituto de estudios avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, en entrevista con France 24.
Sin embargo, el voto indeciso y moderado todavía aparece como una de las claves de estos comicios.
La difícil medición y captación del voto indeciso
Últimamente, las campañas de ambos candidatos han intensificado sus mensajes, buscando movilizar a los votantes indecisos.
En un país donde por primera vez el voto es obligatorio, con inscripción automática y multas por los que no cumplirán con su deber, se estima que entre cinco y seis millones de chilenos están votando de manera obligada por primera vez en una elección presidencial.
Este grupo de los indecisos es, por definición, difícil de medir y las personas que lo componen son los que cambian sus preferencias electorales con más frecuencia, lo que lo hace aún más difícil de captar para los candidatos.
Según el Centro de Estudios Públicos (CEP), los indecisos se clasifican en dos categorías: los “desapegados”, que no votaron en las presidenciales de 2021 y no tienen mucho interés en hacerlo este año y los “desinteresados”, que sí acudieron a los comicios de hace cuatro años, pero que no muestran intereses en las elecciones de este año.
Según una encuesta de la Universidad Diego Portales, dada a conocer por el Centro de Investigación Periodística (Ciper), la primera categoría corresponde a personas antisistemas, claramente desilusionadas por la política institucional. Son “el segmento menos comprometido ideológicamente, lo que los convierte en el voto flotante por excelencia”, apunta Ciper.
“Sin embargo, su desconfianza profunda y su priorización de temas como delincuencia, inmigración y empleo los acerca más a la agenda de la derecha”, añade la nota, lo que podría relevar una probable inclinación a José Antonio Kast.
¿Hacia quién se inclina el voto moderado?
Según el CEP, los “desinteresados” corresponderían a personas mayores de 45 años, con ideas moderadas, identificadas como las del centro político y que no se reconocen en las figuras como Kast y Jara, a quienes perciben como radicales.
Sin embargo, el énfasis de José Antonio Kast sobre seguridad y temas económicos también podría seducir a estos electores, más preocupados por cuestiones relativas al sustento económico.
Al contrario, la trayectoria política de Jeannette Jara, con un largo historial de militancia en el Partido Comunista de Chile, podría asustar al electorado moderado, opina John Henríquez, subdirector de Desarrollo de Faro UDD, también en entrevista con France 24.
“El partido comunista genera más resistencia no solo por parte de la derecha sino también por parte de muchas personas apolíticas o más moderadas, del centro político. Hay una desconfianza”, observó el profesor.
“Por más esfuerzos que ha hecho Jeannette Jara para desmarcarse de esta afiliación política (…) la ciudadanía no lo recibió así”, agregó.
En frente, José Antonio Kast busca incorporar a su campaña a “cualquier persona que quiera dar su apoyo a las ideas de la libertad”, dijo en un mensaje que busca convencer al centro político.
De hecho, desde que empezó la campaña para la segunda vuelta, el candidato decidió no insistir en sus posiciones ideológicas más conservadoras, o incluso afines a la dictadura de Pinochet.
Las transferencias de votos del Partido de la Gente de Franco Parisi
Otros votantes claves sin duda serán los que han votado por Franco Parisi en primera vuelta. El candidato del Partido de la Gente (PDG) llegó en tercera posición con el 19,7% de los sufragios.
El pasado 30 de noviembre, tras una consulta interna, el PDG decidió no apoyar a ninguno de los candidatos y votar nulo o en blanco.
No obstante, “los seguidores de Franco Parisi podrían acercarse al caballo ganador”, analiza Raúl Elgueta, es decir, a José Antonio Kast, según lo que indican las encuestas.
Sin embargo, Jeannette Jara también intenta captar a los electores de Franco Parisi como lo mostró su viaje a la región de Antofagasta a finales de noviembre. Allí insistió en lo económico, retomando propuestas del candidato del PDG como la rebaja del IVA a medicamentos o la eliminación de la cuota inicial para comprar vivienda.
En todo caso, los expertos advierten que se trata de un voto altamente volátil y que, a menudo, escoge por quién votar al último momento, lo que le hace muy difícil prever su inclinación.