En el Encuentro Anual de la Industria 2025, el presidente Gabriel Boric enfrentó, probablemente por última vez como jefe de Estado, al gran empresariado en un tono marcadamente conciliador y autocrítico.
Desde el Campus Beauchef de la Universidad de Chile, valoró el diálogo con el mundo privado, agradeció en particular a la presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro, y admitió que antes de llegar a La Moneda desconfiaba de los empresarios, pero que estos años le permitieron construir una relación “permanente y franca”.
El Mandatario recalcó que “Chile no se cae a pedazos” y afirmó que su Gobierno sentó las bases para que Chile pueda seguir creciendo en el futuro.
“Y no estamos conformes con el PIB potencial que tiene Chile hoy día. Podemos crecer más y tengo la convicción que nuestro gobierno ha sentado las bases para que de aquí en adelante se pueda crecer más”, dijo el jefe de Estado.
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Autocrítica y hojas de ruta compartidas
En paralelo, hizo una autocrítica ante los dos procesos constitucionales fallidos, señalando que dejaron como lección que no hay atajos para las transformaciones y que ningún sector puede imponer por sí solo su proyecto.
Desde el mundo privado, la presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro, llamó a retomar la senda del crecimiento y a que el próximo gobierno y la futura oposición conduzcan al país con unidad y “grandeza política”, evitando la parálisis y la lógica de la demolición.
Además, la multigremial planteó una hoja de ruta que incluye acelerar permisos de inversión, modernizar el Estado, fortalecer la educación técnico-profesional y empujar una reforma tributaria que incentive la inversión y la formalidad.
“La necesidad de un entorno para invertir; destrabar el sistema de permisos capital humano, donde nos hagamos cargo de los desafíos laborales del presente y del futuro; seguridad; un sistema tributario habilitante para más inversión; modernización del Estado y diversificar nuestras exportaciones”, indicó Navarro.
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En el auditorio, tanto el Gobierno como la Sofofa coincidieron en que el futuro económico del país dependerá de mantener espacios de diálogo, reconstruir confianzas y compatibilizar crecimiento con responsabilidad social y medioambiental, en un escenario político que pronto tendrá nuevo gobierno, pero donde las señales al sector privado seguirán siendo clave.