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Chile avanza hacia la primera ley de Inteligencia Artificial (IA) con foco en DDHH y desarrollo ético

Por Antonio González
Con información de Nicolás Donoso.

13 octubre 2025 | 22:08

La Cámara de Diputadas y Diputados aprobó el segundo informe de la Comisión de Futuro y despachó al Senado el proyecto que regula y promueve el desarrollo, implementación y uso de la inteligencia artificial (IA) en el país. La iniciativa, que une un mensaje presidencial con una moción parlamentaria, quedó en condiciones de iniciar su segundo trámite legislativo en la Cámara Alta.

El texto define que su objeto es regular los usos de los sistemas de IA, promoviendo su creación, desarrollo, innovación e implementación. Se especifica que el marco normativo velará por un desarrollo sostenible y ético de esta tecnología, que debe actuar al servicio de las personas y ser respetuoso de los principios democráticos y del Estado de Derecho.

Entre sus disposiciones, la propuesta encarga al Estado de Chile promover el uso y desarrollo de la IA y su infraestructura necesaria. Este impulso debe velar por el cumplimiento del marco institucional y normativo del país, asegurando que la tecnología se inserte en un ecosistema regulado.

La ley mantuvo su ámbito de aplicación para proveedores, implementadores, importadores y distribuidores nacionales y extranjeros, cuando estos últimos se encuentren domiciliados en Chile.

Se excluyen expresamente los usos en defensa nacional, la investigación previa a la comercialización y los componentes de código abierto no comercializados como productos de alto riesgo.

Definiciones y transparencia en contenidos sintéticos

Otras enmiendas aprobadas reforzaron la privacidad y la gobernanza de datos. Además, se amplió el rol del Consejo para la Transparencia, en concordancia con la Ley 20.285, para fortalecer la supervisión en estas materias.

Se estableció como una obligación de transparencia que los operadores de sistemas de IA que generen contenidos sintéticos, como audio, imagen, video o texto, los identifiquen como tales o expliquen que fueron objeto de manipulación artificial. Esta medida busca aportar claridad a los usuarios finales.

La normativa también redefinió la clasificación de los usos de la IA según su riesgo. Las categorías son: inaceptable, para aquellos prohibidos por atentar contra derechos fundamentales; alto, para los que pueden afectar derechos si fallan o se usan indebidamente; limitado, para riesgo no significativo; y sin riesgo evidente.

Respecto a los usos de riesgo inaceptable, se prohibió específicamente la “manipulación subliminal” mediante IA que induzca conductas dañinas o afecte la decisión informada de las personas. La norma contempla una excepción para fines terapéuticos, siempre que medie consentimiento expreso.

Debate por desarrollo y usos de la inteligencia artificial (IA)

En el debate de la propuesta participaron una treintena de diputados y surgieron dos posturas predominantes. Por un lado, un grupo de parlamentarios se manifestó en contra, argumentando que la iniciativa representa un exceso de regulación que puede desincentivar la innovación y asfixiar a los productores locales.

Esta misma línea argumental refutó que se promueva una lógica de permisos y certificaciones que complicará el despegue de los emprendedores en el ámbito de la IA. Quienes sostienen esta posición también afirmaron que se legisló con prisa y con falta de asesoría técnica especializada.

Por otro lado, una segunda visión salió en defensa del proyecto. Sus partidarios resaltaron que la propuesta lleva más de un año de tramitación y que contó con audiencias de expertos, académicos y representantes del sector privado y público durante su discusión.

Asimismo, se explicó que en el segundo informe se resolvieron problemas específicos relacionados con los derechos de autor y con posibles trabas al desarrollo de la tecnología. Se resaltó que el texto fomenta el respeto de los derechos fundamentales y democratiza el acceso, equilibrando este objetivo con apoyo a las pymes y creadores.

Ausencias clave en la aprobación

En representación del Ejecutivo expuso el ministro de Ciencias, Aldo Valle, quien agradeció la participación de los legisladores y el trabajo de la Comisión de Futuro. El secretario de Estado sostuvo que este proyecto es producto de un extenso trabajo legislativo para llegar a un equilibrio indispensable para nuestro desarrollo.

Salvaguarda derechos fundamentales y es una palanca para nuestra economía y desarrollo productivo”, comentó el ministro Valle durante su intervención en la Sala. Asimismo, remarcó que la pregunta central no es si Chile tendrá o no inteligencia artificial, sino con qué reglas la tendremos.

El ministro acotó que este marco se sustenta en tres certezas: derechos fundamentales protegidos; innovación habilitada sin necesidad de autorización estatal previa alguna; y confianza pública para escalar inversiones y talento en el ecosistema tecnológico nacional.

Al momento de las votaciones, gran parte del articulado sobre inteligencia artificial (IA) se respaldó por mayoría. No obstante, varios aspectos de relevancia no lograron la aprobación, entre ellos, la creación del consejo asesor y la denuncia de incidentes por parte de cualquier persona, quedando fuera del texto que avanza al Senado.