Fue el pasado 14 de abril que el Partido Republicano, el Social Cristiano y el Nacional Libertario anunciaron un pacto parlamentario para ir en lista única a la elección parlamentaria de noviembre.
El objetivo de lo que llamaron “la nueva derecha para cambiar Chile” era unirse con miras a conseguir un mejor desempeño electoral. Las reglas estaban claras: los cupos se dividirían en partes equitativas y cada uno podía tener su candidato presidencial.
Así, los republicanos tenían a José Antonio Kast como abanderado, los Nacional Libertarios al diputado Johannes Kaiser; y los Social Cristianos a la diputada Francesca Muñoz. Sin embargo, el respaldo de la tienda presidida por Sara Concha a Kast generó -a lo menos- incomodidad en la colectividad de Kaiser.
Esto porque ahora el panorama había cambiado y eran dos los partidos que negociaban las listas con un presidenciable común, lo cual podía perjudicar las relaciones.
Pacto parlamentario en la oposición
El presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, señaló que hay posibilidades de llegar a la Presidencia y -a la vez- tener mayorías en el Congreso. Es por ello que aseguró que el pacto debe cuidarse hasta el final.
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Por su parte, la secretaria general del Partido Social Cristiano, Judith Marín, dijo que la presidencial y la parlamentaria son dos temas aparte en el pacto y -debido a ello- su lista única no corre peligro.
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En representación del Partido Nacional Libertario, su vicepresidente, Hans Marowski, señaló que ellos no aceptarán presiones para bajar la candidatura presidencial y, pese al respaldo de los Social Cristianos a Kast, seguirán negociando la parlamentaria.
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Dentro de los próximos días, cada colectividad entregará su nómina de precandidatos a la Cámara y al Senado. Esto con el objetivo de que se comiencen a realizar mediciones, cálculos y se entregue la lista final en agosto.