Este miércoles la Sala de la Cámara aprobó la Ley de Inteligencia y es despachada a tercer trámite.
El objetivo central del proyecto es fortalecer la defensa de la soberanía nacional y la seguridad pública, mediante la modernización y adecuación del Sistema de Inteligencia del Estado (SIE) a los nuevos requerimientos de la sociedad y al actual contexto delictual, introduciendo cambios en su organización y funcionamiento.
La idea es promover la integridad y funcionalidad del sistema. En particular, se apunta a que la planificación y la toma de decisiones permitan, efectivamente, enfrentar los riesgos y amenazas a la seguridad del Estado, el orden constitucional, la integridad territorial, la soberanía nacional y el ejercicio de las libertades y derechos de los ciudadanos.
Entre sus pilares están la protección de la soberanía nacional, la seguridad pública y el bienestar de la ciudadanía.
Asimismo, se espera que los actores involucrados actúen en este marco de manera preventiva, eficiente y coordinadamente ante amenazas externas e internas. De igual modo, que provean información esencial a las autoridades para la toma de decisiones en los escenarios que enfrenten.
Recordemos que la propuesta se originó en un mensaje cuyo trámite se inició en el Senado, en noviembre de 2018. Pasó a la Cámara en enero de 2020, derivándose a la Comisión de Defensa. Allí, el texto fue objeto de variadas enmiendas consensuadas entre las y los diputados con el Ejecutivo, siendo el último paquete ingresado en enero de 2025, previo a su despacho a Hacienda, el día 28 de ese mes.
Finamente, dicha comisión despachó el texto en los mismos términos que la instancia previa, en marzo pasado.
Secretaría Ejecutiva y ANI
Sumado a esto, el proyecto creaba la Secretaría Ejecutiva de Inteligencia de Estado, que se terminó rechazando en las votaciones. Se proyectaba como un servicio público centralizado, de carácter técnico y especializado. Dentro de sus funciones estaba presentar reportes e informes de inteligencia y proponer modificaciones al Plan Estratégico de Inteligencia de Estado.
Por otra parte, la actual Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), a la que se le agregará la palabra “Civil”, se consolidará como un servicio público centralizado, técnico y especializado.
Su enfoque será la producción de material multisectorial, orientada a enfrentar desafíos que afectan al país. Será reforzada con nuevas capacidades operativas y una Escuela de Inteligencia, que entregará cursos de capacitación y especialización en el área.