Joel Saget | Agence France-Presse

Vacuna AstraZeneca preocupa en Europa pese a que aún no hay evidencia de que sea peligrosa

Por Matías Vega
La información es de Agence France-Presse

15 marzo 2021 | 15:49

¿Es peligrosa la vacuna de AstraZeneca? Alemania, Francia, España e Italia se sumaron este lunes a la lista de países que suspendieron su empleo después de que algunas personas sufrieran problemas sanguíneos graves. Pero hasta ahora no se estableció ninguna relación de causa-efecto, recuerdan especialistas.

“No tiene ningún sentido suspender esta vacunación”, exclamó el lunes Bruno Riou, de la red de Asistencia Pública-Hospitales de París (AP-HP).

“Es como si se dijera: ‘Un vacunado sufrió un accidente de auto, ¡vamos a prohibir que se conduzca o suprimir la vacunación!"”, ilustró.

Pero, desde hace una semana, el número de países que suspenden de manera parcial o total la vacuna de AstraZeneca contra el covid-19 no deja de crecer.

Austria fue el primero, el 8 de marzo, suspendiendo un lote de vacunas tras la muerte de una enfermera que acababa de recibir una dosis. La mujer, de 49 años, falleció debido a un problema de coagulación sanguínea.

Dinamarca, Noruega, Islandia y Holanda fueron más lejos, suspendiendo totalmente la vacunación con el inmunizante desarrollado por la farmacéutica anglosueca y la Universidad de Oxford.

Alemania se sumó el lunes, de manera “preventiva”, tras registrar casos de trombos, y en seguida le siguieron Francia, Italia y España. Estas suspensiones quedan supeditadas a una nueva recomendación por parte de los reguladores europeos.

Fuera de la UE, República Democrática del Congo, Indonesia y Tailandia aplazaron por su parte la campaña de vacunación.

Principio de precaución

Sin embargo, las autoridades sanitarias que recomiendan este tipo de medidas reconocen a la vez que por ahora no se demostró ningún vínculo entre estos problemas de coagulación y la vacuna de AstraZeneca, al margen de que se sucedieron en el tiempo.

Por ello, la suspensión busca procurar un tiempo para descartar toda relación, un principio de precaución habitual en medicina.

“Cuando se utiliza un producto relativamente reciente como todas estas nuevas vacunas, hay que vigilarlo atentamente y a la primera señal, aunque no creamos” que hay un problema, “hay que pararlo”, estimó el jueves Claire-Anne Siegrist, experta suiza en vacunación.

Pero esta decisión suscita perplejidad entre algunos profesionales, que subrayan que estos problemas no son más frecuentes entre los vacunados con AstraZeneca que con las otras vacunas disponibles en Europa, es decir, Pfizer/BioNTech y Moderna.

AstraZeneca subrayó asimismo en un comunicado publicado el domingo que los casos de trombos son “similares” a los que registran sus homólogos.

Esta afirmación se apoya en datos oficiales del Reino Unido, uno de los países más avanzados en su campaña de vacunación, que además dan cuenta de que los coágulos son excepcionales.

Se registraron 35 entre los 9,7 millones de personas que recibieron una dosis de AstraZeneca – 0,0004% – y 24 entre los 10,7 millones que recibieron la de Pfizer/BioNTech – 0,0002% -. En cada una, solo hubo un deceso.

“Está claro que la proporción (…) no es diferente”, subrayó en un comunicado Stephen Evans, epidemiólogo de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, citado por el organismo británico Science Media Centre.

“Es totalmente razonable estudiar con atención los vínculos entre vacunas y problemas de coagulación pero vamos demasiado lejos (impidiendo) a la gente recibir vacunas que pueden evitar que enfermen”, según Evans.

Según AstraZeneca, los casos de trombos son incluso menos frecuentes que la media de la población.

Esto no significa sin embargo que esta vacuna no tenga efectos secundarios. En Francia, la agencia reguladora ANSM registra más casos entre los vacunados con AstraZeneca (0,66%) que con Pfizer/BioNTech (0,19%) y Moderna (0,12%).

Se trata en general de efectos leves o bien de síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre alta. También pueden ser más graves, como las reacciones alérgicas que impiden respirar, pero estos casos son excepcionales: 41 entre cinco millones, según la UE.