Agencia EFE

Con el foco puesto en la producción y desempleo: los escenarios en Brasil ante aranceles de Trump

10 julio 2025 | 18:05

El presidente de Brasil Lula da Silva aseguró que intentará negociar con Estados Unidos para revertir el arancel del 50% anunciado por Donald Trump sobre los productos brasileños, añadiendo que si no consigue su objetivo, aplicará la misma tarifa arancelaria a EEUU. Expertos abordan los escenarios que se abren si se concretan estas medidas.

El magnate republicano anunció el gravamen el miércoles por “la forma en que Brasil ha tratado al expresidente” Jair Bolsonaro, procesado en la Corte Suprema por supuestamente intentar dar un golpe de Estado tras perder los comicios de 2022.

Es así como en un adelanto de una entrevista con el medio TV Record compartido en sus redes sociales, Lula advirtió a Trump que “el pueblo brasileño necesita respeto”.

“La justicia brasileña necesita respeto. Somos un país grande y soberano con una larga tradición diplomática con todos los países”, agregó el mandatario. “Brasil adoptará las medidas necesarias para proteger a su pueblo y a sus empresas”, aseveró.

En la conversación con la periodista de la emisora, el presidente brasileño dijo que creará un comité para revisar la situación y “repensar la política comercial brasileña con Estados Unidos”.

“Si lo que hizo Trump en el Capitolio (en alusión al asalto del 6 de enero de 2021) lo hubiera hecho aquí en Brasil, estaría siendo procesado como Bolsonaro y se arriesgaría a ir a prisión”, mencionó el líder progresista.

“Y yo no me meto en el Poder Judicial, porque aquí es autónomo”, enfatizó, añadiendo que podría recurrir ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para las negociaciones con Washington.

Si las conversaciones no llegan a buen puerto, dijo que aplicará el principio de reciprocidad. Dicho de otro modo, impondrá aranceles del 50% a las importaciones estadounidenses. En ese sentido, acusó a Trump de actuar como si fuera “el sheriff del mundo”.

“Fue elegido para ser presidente de Estados Unidos. Puede hacer lo que quiera dentro de Estados Unidos. Aquí en Brasil, quienes mandamos somos nosotros, los brasileños”, cerró.

El miércoles Lula ya había adelantado que tomaría medidas si es que los aranceles del 50% sobre Brasil entran en vigor el próximo 1 de agosto, como advirtió su homólogo estadounidense.

“Cualquier medida de elevación unilateral de tarifas será respondida a la luz de la Ley de Reciprocidad Económica brasileña”, dijo el jefe de Estado brasileño tras reunirse de urgencia con varios de sus ministros en el Palacio de Planalto, en Brasilia.

El lunes Trump aseveró que Brasil “está haciendo algo terrible por el trato que le han dado al expresidente Bolsonaro”.

“He observado, al igual que el mundo, cómo no han hecho otra cosa que perseguirlo, día tras día, noche tras noche, mes tras mes, año tras año. ¡Él no es culpable de nada, salvo de haber luchado por EL PUEBLO!”, remarcó.

El magnate estadounidense calificó a Bolsonaro como “líder fuerte” que “realmente ama a su país”, indicando además que las acusaciones no son más que “un ataque a un oponente político”, algo de lo que afirma saber “mucho”.

En caso de que Bolsonaro sea considerado culpable de los delitos de golpe de Estado y de las otras acusaciones en su contra puede ser condenado a penas sumadas de hasta 40 años.

Temor por eventual caída en producción y empleo

La entrada en vigor de los aranceles del 50% ha generado preocupación en Brasil, gigante latinoamericano cuyo tercer socio comercial es EEUU, sólo por detrás de China y la Unión Europea (UE).

Tal como detalla EFE, la Confederación Nacional de la Industria (CNI) dijo que prevé un “impacto significativo” sobre la competitividad de unas 10.000 empresas que exportan a EEUU.

La entidad consigna que por cada 1.000 millones de reales (180 millones de dólares) en productos exportados a EEUU se crearon 24.300 puestos de trabajo, generando 531 millones de reales en sueldos (unos 95 millones de dólares).

Renan Pieri, profesor de la Fundación Getúlio Vargas, señaló a la citada agencia que a corto plazo el nuevo arancel “reducirá expresivamente” las exportaciones a EEUU, lo que eventualmente se podría traducir en un aumento del desempleo, la cual se situó en el 6,20% en mayo, según datos de Trading Economics.

“Las empresas van a tener que redirigir la producción hacia el mercado interno u otros mercados, lo que producirá una caída de los precios y de la facturación y, en consecuencia, una reducción de las contrataciones”, mencionó.

Goldman Sachs, uno de los grupos de banca de inversión y de valores más grande del mundo, calculó que el impacto de los aranceles de Trump podría restar entre 0,3 y 0,4 puntos porcentuales al PIB brasileño.

El efecto podría aumentar si Brasil efectivamente impone el mismo arancel a EEUU. Al respecto, Bloomberg estima que los gravámenes se traducirían en una caída del 60% en las importaciones totales desde Brasil a EEUU.

“Con un 1,6% del PIB brasileño directamente expuesto a ese comercio, el golpe potencial a la economía rondaría el 1% del producto interior bruto”, detalla la firma, consigna El País. Eso sí, agrega que Brasil podría “amortiguar” los efectos desviando sus exportaciones, especialmente agrícolas, a otras latitudes.

En tanto, un diplomático brasileño, que habló con Reuters bajo condición de anonimato, aseguró que la economía de su país no sufrirá mayormente si se hacen efectivos estos aranceles del 50%, al menos en el corto plazo.

“Estamos muy lejos de tener la misma vulnerabilidad que otros países con respecto a Estados Unidos”, declaró el funcionario. “Lamentamos que se haya tomado esta medida, pero no sufriremos a corto plazo el brutal impacto que sufrirían otras economías”, puntualizó.

Paulo Feldmann, profesor de la Universidad de São Paulo, cree que no todos los sectores de la economía brasileña se verán afectados de la misma manera.

En ese sentido, dijo que el sector agropecuario brasileño es “muy competitivo”, por lo que encontrará “con facilidad” nuevos compradores en otros países.

“Empresas importantes de acero, aluminio y aviación pueden no encontrar otros mercados y tener que reducir su actividad y despedir a trabajadores, lo que es muy malo porque los empleos de la industria son los mejores”, afirmó a EFE.