Luego de arribar al Real Madrid en 2006, Marcelo le puso fin a su carrera en el club con un emotivo discurso, donde estuvo acompañado por su familia y los 25 títulos conseguidos en su estadía en España.

Este lunes, el brasileño Marcelo se despidió entre lágrimas tras 16 años en el Real Madrid, con un discurso repleto de emoción y acompañado de los 25 títulos que le convirtieron en el jugador más laureado de la historia del club, en una conferencia en la que confesó sentirse “afortunado” por haber hecho “historia”.

Tras ver un vídeo con todos sus logros, jugadas y goles inolvidables, momentos para el recuerdo eterno del madridismo, y escuchar los elogios del presidente Florentino Pérez, al icónico lateral le costó contener la emoción desde su primeras palabras.

“Quería agradecer al club, a los compañeros que he tenido, a los entrenadores, a los utileros que para mí son como familia, la gente que trabaja en la residencia, los miembros de seguridad, los que trabajan por detrás y hacen el trabajo sucio. Nosotros sólo nos dedicamos a jugar al fútbol y para que lo hagamos bien, hay un trabajo por detrás”, expresó como reconocimiento a los trabajadores del club.

Además, el formado en Fluminense reconoció que se mantuvo todo este tiempo viviendo un sueño: “He despertado todos los días de mi vida con la alegría de estar en el mejor club del mundo, hacer historia y que mis hijos vean que fui capaz de jugar en el mejor sitio posible”.

Un momento especial se vivió cuando el jugador hizo referencia a su esposa, Clarice Alves, sentada en la primera fila con sus dos hijos.

“Quiero agradecer a mi mujer, que está a mi lado desde que he empezado la vida de futbolista y me ha dado dos hijos maravillosos, más el zoológico que tengo en casa”, bromeó.

Sin embargo, no fue el único espacio para las risas que entregó el ex seleccionado brasileño, ya que al ser consultado por el legado de Zinedine Zidane en el club y su relación con el francés, respondió: “No nos hablamos, ha sido difícil y ha habido muchos problemas…”, antes de romper a reír a carcajadas.

Marcelo le pidió a la afición madridista que fuese una jornada bonita pese a las emociones, recalcando que “no es un día triste, es de alegría. Lloramos por las emociones y la memoria. Salgo con la cabeza alta, mi familia está muy orgullosa de mí. Soy un afortunado, todo lo he conseguido con trabajo, con talento y he tenido la suerte de tener a mi gente al lado. Miro los títulos y veo que he hecho lo que tenía que hacer”.

“He llegado siendo un niño y me voy siendo un hombre con mucha alegría”, sentenció antes de ser galardonado con la insignia de oro del Real Madrid y posar con todos los títulos conseguidos.