Son varias razones, además de su irregular rendimiento, por las que Gareth Bale se estaría convirtiendo en un problema para el Real Madrid.

Su falta de protagonismo en esta temporada, junto a las múltiples lesiones que ha sufrido el jugador (19 desde que llegó al club en 2013), se suman los episodios de automarginación del primer equipo en más de una ocasión, indica el medio Telemadrid, en una nota que titula “Bale tiene harto al Real Madrid”.

Los problemas que habrían empezado por colmar la paciencia en el club, comenzaron a fines de septiembre, cuando Bale fue sustituido al iniciar la segunda parte por una supuesta molestia física en el partido contra el Atlético de Madrid. Incluso, el problema lo había dejado fuera del partido de Champions contra el CSKA de Moscú, pero exámenes posteriores demostraron que no existía lesión.

Para finalizar una semana para el olvido, el sábado 6 de octubre, contra el Alavés, Bale pidió el cambió a falta de 20 minutos para el final, y con el marcador en blanco.

Esa actitud genera reacciones al interior del club, especialmente por lo ocurrido esta semana, donde el futbolista Bale viajara a Cardiff, para intentar estar en el amistoso que jugará su selección frente a España, y el próximo martes contra la República de Irlanda. Un esfuerzo distinto al que realiza por los vigentes campeones de Europa.

Pese al esfuerzo del jugador, el director técnico de la selección galesa, Ryan Giggs, reconoció que el jugador madridista no se entrenó este miércoles por “fatiga muscular”. “No es algo serio y quizás tenga una oportunidad para el martes, pero hay que verlo día a día”, comentó el estratega, tal como consignó el medio Mundo Deportivo.

El panorama no mejora para el Real Madrid, ya que los resultados no han sido los mejores en este inicio de temporada: sendas derrotas contra el modesto Alavés en La liga, y ante el CSKA de Moscú en la Champions.

Los ‘merengues’, y fundamentalmente Florentino Pérez, esperan que el jugador mejor pagado de su plantilla levante el nivel personal y del equipo. El presidente es uno de los que se niega a desprenderse del jugador galés, por el cual el club desembolsó 102 millones de euros.