Cumplen papeles fundamentales, hacen sus tareas y resuelven problemas de una forma que quizás la gran mayoría de sus colegas no, y así aportan a la estabilidad de un negocio y que los demás también cumplan sus metas.
Sin embargo, no cuentan con el reconocimiento suficiente o, de plano, pasan “sin pena ni gloria” por una compañía, si bien sus resultados deberían apuntar a todo lo contrario.
Así es como se define al “trabajador invisible”, como aquel que “no falla, pero tampoco brilla a los ojos de la organización”, según el gerente general de Vertical Hunter, Francisco González.
Ese trabajador invisible, podrías ser tú.
Cuando el buen trabajo no es correctamente valorado
Según el CEO de la reclutadora, este no para nada un fenómeno nuevo. Sin embargo, se ha ido intensificando luego de la expansión del trabajo remoto o las modalidades híbridas.
Debido a la pandemia de Covid-19, una gran cantidad de organizaciones y empresas tuvieron que recurrir a este tipo de jornadas -de forma voluntaria u obligatoria- para proteger la salud de sus colaboradores.
Ello aceleró un proceso que ya se venía dando en distintos sectores. Y aunque si trajo beneficios como una mayor compatibilidad entre trabajo y vida personal, también impactó las relaciones humanas en las oficinas, locales y faenas, aun tras regresar a la presencialidad.
Según González, “la oportunidad de ser visto se ha debilitado”.
“La discreción se vuelve un riesgo profesional”
Algunos dicen que en la sutileza está la excelencia y la elegancia. Otros, de que los hechos deben hablar más que las palabras y que, por ende, los resultados del trabajo son quienes deben expresar el valor de una persona.
Sin embargo, el CEO de Vertical Hunter advierte que puede existir climas laborales “desequilibrados”, que conduzcan a la pérdida de compromiso o la “salida silenciosa de los colaboradores más valiosos”.
¿En qué casos pasa esto? En aquellas empresas donde “se valora más a quien vende bien su trabajo y no a quien lo ejecuta con excelencia”, ya que ahí “la discreción se convierte en un riesgo profesional”.
Por ello, en espacios donde se confunde la visibilidad y la autopromoción con el desempeño y efectividad, es donde se puede dar que aquellas personas que “sin hacer ruido, aportan en gran medida al funcionamiento diario”, terminen renunciando.
¿Cómo combatir y evitar ser un “trabajador silencioso”?
Para las empresas y organizaciones: El experto de Vertical Hunter recomienda ser más empáticos y observadores, evaluando resultados de forma integral, dando retroalimentación de forma constante y reconociendo a los “trabajadores invisibles”.
Para el “trabajador invisible” o de bajo perfil: El desarrollo de habilidades de comunicación puede ayudar a compartir mejor lo que uno hace en el trabajo, eso si, “sin caer en la autopromoción vacía”, advierte González.