Si bien sus problemas financieros se arrastraban desde hace al menos tres años, en los últimos días se confirmó que la firma chilena Vandine -que fabrica y comercializa las tradicionales camisas de la misma marca y vestuario masculino- solicitó su quiebra.

La compañía, a cargo de Arturo Adauy Zaror, argumentó que tras más de 30 años su continuidad “ya no es viable”.

Lo anterior, de acuerdo a Diario Financiero, lo desencadenaron varios factores que se agudizaron el año pasado con la crisis social, que por cierre de tiendas (como las propias y también las de retail, donde se venden las camisas Vandine) provocó una baja en las ventas de 50%.

A ello se sumó la crisis sanitaria y la constante lucha de la industria local frente a los productos chinos.

Por todo ello, según detalló el citado medio, los resultados de la empresa no han sido los esperados.

“A principios de 2019, Vandine ya tenía problemas para pagar sus compras de mercadería, pero logró subsanarse con préstamos”, explicó Adauy.

Sin embargo, “las grandes deudas y los bajos márgenes” hicieron imposible pagar los gastos operacionales.

En ese contexto, los tres mayores acreedores son los bancos Itaú, Santander y BCI.

Vandine en sus mejores años logró posicionarse como “las mejores camisas de Chile”. Actualmente sus productos están disponibles en el retail (Falabella, Paris, Ripley, La Polar, entre otras tiendas).