El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) presentó ante la Comisión Mixta de Presupuestos su informe semestral, donde sigue insistiendo en que se deben implementar medidas para minimizar el desvío de la meta de Balance Estructural (BE).
Tal análisis también coincide con la discusión del Presupuesto 2026, donde el Gobierno incluyó varias propuestas para el recorte del gasto.
Sin embargo, considerando que el país se acerca a su tercer incumplimiento consecutivo de la meta de BE, el Consejo recomendó reducciones de gasto corriente adicionales, junto con fortalecer aún más la proyección y monitoreo de ingresos fiscales, entre otras materias.
A su vez, advirtió que existe cerca de un 50% de probabilidad de que la deuda pública sobrepase su nivel prudente en 2027, por lo que llamó a la próxima administración a no elevar el nivel prudencial del 45%, sino mantenerlo.
Más advertencias del Consejo Fiscal Autónomo (CFA)
Según el Consejo, el plan de acciones correctivas del Ejecutivo en materia fiscal no ha avanzado según lo comprometido, lo que evidencia un “cuadro de estrés prolongado” y que, a su vez, termina en déficits estructurales persistentes y espacios de gasto fiscal reducidos.
Aquello también resulta en que la deuda se acerque al nivel prudente de 45% del PIB, junto con la aparición de riesgos a corto y mediano plazo.
Y si bien reconoce que la ley para la promoción de la responsabilidad y transparencia financiera del estado de 2024 busca establecer mecanismos para corregir o compensar desajustes, “este marco institucional no ha resultado plenamente efectivo”, señala el informe presentado al Congreso.
Ejemplo de ello es que la Dirección de Presupuestos (Dipres) estima un déficit estructural de -2,2% del PIB para este año, cuando la meta de Balance Estructural es de un -1,6%.
En este sentido, el CFA afirmó en su informe que hasta la fecha no se observan “reducciones de gasto adicionales para cumplirla. Esto ocurre en un contexto de presiones en el gasto corriente, que ha crecido por sobre lo proyectado, y de un menor crecimiento en el gasto de capital”.
Según citan en un comunicado, el organismo encargado de contribuir al buen manejo fiscal del Gobierno Central ya había advertido de este déficit estructural en su pasado informe de agosto, específicamente de un 2,1% del PIB, cercano a la cifra de la Dipres.
Mirada a corto y mediano plazo
Mirando al próximo año, el informe del CFA apunta que el alza de los ingresos viene “con un significativo grado de incertidumbre”, citando de ejemplo la recaudación vía Ley de Cumplimiento Tributario o Antievasión.
Además, se “requieren esfuerzos importantes de contención de gasto” que obligan a monitorear activamente las proyecciones de ingresos y el compromiso efectivo ” todos los actores políticos para una contención efectiva del gasto”.
Aquí es donde el Presupuesto 2026 se presenta como un desafío y oportunidad para evitar un nuevo desvió de la meta de Balance Estructural que, en caso de darse el próximo año, aumentaría la probabilidad que la deuda pública pase del 45%, advierte el Consejo.
Ya en cuanto al período entre 2027 y 2030, el organismo técnico ve espacios fiscales restringidos, estimando también riesgos asociados a la medición de parámetros como el PIB no minero tendencial y el precio de referencia del cobre, la proyección de la Dipres sobre el metal rojo y la recaudación de la Ley Antievasión.
Bajo este contexto, existe una probabilidad cercana al 50% de que el nivel prudencial de deuda se sobrepase en 2027, por lo que a juicio del CFA no se debe subir el nivel, lo que “debilitaría la señal de disciplina fiscal y podría erosionar la credibilidad de la regla ante los mercados”, señalaron mediante comunicado.
Por todo lo anterior, se sugirieron reducciones adicionales de gasto en 2025, fortalecer el monitoreo de los ingresos fiscales, revisar las metodologías del PIB no minero tendencial y precio referencia del cobre, del ajuste cíclico y los supuestos del precio del cobre, junto con un fortalecimiento en la gestión y eficiencia del gasto público.
También se propone al próximo Gobierno mantener el nivel prudente de deuda en el 45%, además de establecer metas y estrategias de recomposición gradual de los fondos soberanos, ya que enfrentan niveles que limitan su capacidad para cumplir con las metas que fueron creadas.