Las regiones de Valparaíso y La Araucanía lograron despegar en 2024, en lo que consta a las ventas presenciales del comercio minorista. Un resultado distinto tuvo el Bío Bío, que cerró el año pasado con una alza marginal.
Según la última información de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), las ventas del sector en la región de Valparaíso crecieron un 7,6% real anual, cerrando los doce meses en 7,5%.
Para el Bío Bío, en el último mes se registró una contracción de 1,0%, dejando un avance mínimo de 0,2% en el acumulado de 2024.
Finalmente, en La Araucanía, el comercio tuvo un alza de 11,1% en diciembre, logrando una expansión del 7,0% en las ventas del año pasado.
Ventas del comercio con resultados dispares en regiones
En su análisis habitual, la gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva, resaltó que “tras un negativo 2023, el comercio minorista en las regiones de Valparaíso, Biobío y La Araucanía cerró el año 2024 con dinámicas dispares”.
“Tales diferencias reflejan diversos factores que han influido en la actividad comercial de cada zona, desde el impacto del turismo hasta la evolución de variables macroeconómicas y del consumo interno”, agregó.
Sobre los factores que influyeron, desde la CNC plantean la llegada de turistas argentinos, en especial por los pasos fronterizos en las regiones de La Araucanía y Valparaíso, lo que pudo favorecer al comercio de aquella zona frente a la del Bío Bío.
Al respecto, Bernardita afirmó que “se observaron crecimientos significativos en las ventas de bienes durables y semidurables, categorías que suelen atraer a compradores extranjeros en busca de precios más competitivos”.
Y para el 2025, la experta de la CNC prevé que “cualquier cambio en las condiciones financieras o eventos externos” podrían afectar el desempeño de un comercio, que ha logrado recuperarse en medio de una contención de la inflación y mayor acceso al crédito.
Considerando además que el turismo es un aspecto transitorio y también ligado al tipo de cambio, Bernardita apunta a que es “fundamental monitorear el comportamiento del empleo y los ingresos de los hogares, especialmente en aquellas regiones con menor dinamismo, donde la recuperación del consumo sigue siendo frágil”.