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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La leyenda del tenis Mónica Seles, a sus 51 años, revela su lucha contra la miastenia gravis, enfermedad neuromuscular crónica que le fue diagnosticada hace tres años. La exnúmero uno del mundo explica cómo los síntomas, como la visión doble, han impactado su vida diaria. Seles, acostumbrada a reinventarse, comparte la dificultad de enfrentar nuevos comienzos, desde emigrar a Estados Unidos siendo joven hasta su brutal apuñalamiento en 1993.

La leyenda del tenis Mónica Seles lleva tiempo enfrentándose a uno de los desafíos más duros de su vida. Hoy, a los 51 años, ha decidido alzar la voz para dar visibilidad a una enfermedad poco conocida: la miastenia gravis.

“Estaba jugando con algunos niños o familiares, y fallaba una pelota. Yo pensaba, ‘estoy viendo dos pelotas’. Estos son obviamente síntomas que no puedes ignorar. Y, para mí, aquí es donde comenzó esto”, relató de entrada.

“Y me tomó bastante tiempo realmente asimilarlo, hablar abiertamente sobre ello, porque es algo difícil. Afecta mi vida diaria bastante“, confesó la exnúmero uno del mundo en una entrevista a AP, en la que por primera vez comparte su diagnóstico.

Seles, de origen yugoslavo y nacionalizada estadounidense, fue diagnosticada hace tres años con esta enfermedad neuromuscular crónica. Un golpe más en una vida marcada por grandes reinicios, como ella misma los llama.

“Simplemente secarme el cabello… se volvió muy difícil… Desearía haber tenido a alguien como yo que hablara sobre ello”, indicó con crudeza.

Antes del diagnóstico, la extenista nunca había oído hablar de la miastenia gravis. Solo cuando su médico decidió derivarla a un neurólogo, tras describir los síntomas, comenzó a comprender lo que estaba enfrentando.

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, la miastenia gravis “es una enfermedad neuromuscular crónica que causa debilidad en los músculos voluntarios”.

Acostumbrada a pelear en la pista, Seles ha tenido que reinventarse fuera de ella. “Tuve que, en términos de tenis, supongo, reiniciar, un reinicio fuerte, varias veces”, explicó.

Y repasa, uno a uno, esos momentos que marcaron su vida: “Llamo a mi primer reinicio fuerte cuando vine a Estados Unidos como una joven de 13 años (desde Yugoslavia). No hablaba el idioma; dejé a mi familia… un momento muy difícil”, recordó.

“Luego, obviamente, convertirme en una gran jugadora también es un reinicio, porque la fama, el dinero, la atención, cambian (todo), y es difícil como una joven de 16 años lidiar con todo eso”, añadió.

Luego, obviamente, mi apuñalamiento”, complementó, haciendo referencia al brutal ataque que sufrió en plena cancha en 1993, que detuvo su carrera en seco.

Pero la ganadora de nueve Grand Slams no se rinde. Fiel a su espíritu competitivo, envió un mensaje de fuerza a los jóvenes: “Siempre tienes que ajustarte. Esa pelota está rebotando, y solo tienes que ajustarte. Y eso es lo que estoy haciendo ahora”.