La tenista británica Emma Raducanu regresará a fines de este mes al Abierto de Wimbledon, tercer Grand Slam del año, con la mente puesta en competir, llegar lo más arriba posible y, sobre todo, sentirse segura.
Esto último no es menor, especialmente después del angustiante episodio que vivió en febrero de este año en Dubai con un acosador que, sorpresiva y peligrosamente, apareció en la grada durante uno de sus partidos, provocando una crisis de nervios en plena pista.
Aquel incidente marcó un antes y un después para la nacida en Canadá, que rompió a llorar ante la mirada atónita del público y el equipo técnico.
Es más. A días del escándalo, el DT de Raducanu, Roman Kelecic, salió a defender la actitud de su jugadora, afirmando que “ese hombre la siguió a Singapur, luego a Abu Dabi, Doha y ahora a Dubai”.
Y el mismo hombre, según confirmó la BBC, había intentado conseguir entradas para Wimbledon 2025. Pero los organizadores del prestigioso torneo en suelo inglés actuaron con rapidez.
Tras realizar un control cruzado de seguridad entre las solicitudes de entradas, detectaron el nombre del acosador y cancelaron inmediatamente su solicitud.
Y este gesto para Raducanu, que ya ha confesado en entrevistas anteriores lo difícil que puede resultar ser reconocida constantemente en su propio país, significa mucho.
“Sentirse segura es clave… Es cierto que jugar en casa puede generar mucha presión, pero siempre que he jugado en Wimbledon me he sentido muy protegida y segura. Tengo muchas ganas de jugar allí”, expresó.
La campeona del US Open 2021 llega a esta edición del ‘Grande’ sobre césped con ilusión renovada y un entorno más controlado, decidida a dejar atrás los fantasmas recientes. Busca superar la cuarta ronda de hace cuatro años.
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