Llega a su fin la edición 2025 de Roland Garros, el torneo de tenis sobre arcilla más prestigioso del circuito y uno de los cuatro Grand Slams que se juegan cada año.
Reconocido por su clase y prestigio, el certamen francés ha sido escenario de gestas históricas y partidos memorables. Pero también, en sus registros, se esconde su mayor vergüenza.
Fue hace 45 años, el 2 de junio de 1980, cuando el español Manuel Orantes fue eliminado a dedo en desmedro del argentino Guillermo Vilas.
El trasandino era uno de los grandes candidatos al título y la organización del certamen parisino no quiso que su periplo acabara en octavos de final, por lo que se fraguó un meticuloso plan para que el sudamericano avanzara de ronda sin jugar su partido.
Algo rancio en París
A la edición de 1980 del certamen francés, Orantes llegó como decimoquinto cabeza de serie, mientras el argentino Vilas era cuarto.
Ambos habían sido campeones de un Grand Slam y alcanzado el número 2 del mundo, por lo que el encuentro entre el español y el sudamericano se perfiló como el estelar de los octavos de final.
Así, el lunes 2 de junio, los dos jugadores debían verse las caras en el último turno del extinto estadio “Plaza de Toros”, a contar de las 15:00 horas locales.
Pero el trasandino no llegó. Su entrenador, Ion Tiriac, arribó al court y dejó su bolso en la banca. Pero no había rastros de Guillermo. A las 15:15 horas, límite de espera, el árbitro dio por concluido el plazo y Orantes se marchó con el triunfo por walkover en el bolsillo.
Lo que el español no sabía, era que Tiriac había solicitado a Christian Duxin (director del torneo) la postergación del partido para el día siguiente.
De acuerdo a Marca, Vilas había pasado una mala noche y, oficialmente, se informó de dolencias estomacales. Pero su fanatismo por la vida nocturna era conocido por todos.
Lo extraño, es que nadie avisó a Orantes del pedido del argentino y su equipo, pese a que estaban en el mismo recinto y Tiriac se cruzó varias veces con el español mientras estaba en el gimnasio. Algo rancio se cocinaba a espaldas del tenista europeo.
“Tienes que hacerme un favor”
Según relató años después Manuel Orantes, él se ejercitaba para no perder ritmo tras su victoria sin jugar cuando fue abordado por Philippe Chatrier, entonces presidente de la Federación Francesa de Tenis.
“Me dijo que tenía que hacerle un favor y que tenía que aceptar sí o sí que el partido ante Vilas se tenía que jugar el martes”, contó el español a Mundo Deportivo.
Él se defendió afirmando que los supervisores lo habían dado por ganador y que, por reglamento, Vilas había sido descalificado por su no comparecencia.
“Aquí los supervisores no pintan nada. Aquí, en el torneo, las decisiones las tomo yo”, le explicó un furioso Chatrier, quien además era mandamás de la Federación Internacional de Tenis y miembro del Consejo de la ATP.
Orantes no dio su brazo a torcer y se negó a disputar el martes un partido que, sin jugar, ya había ganado ese lunes. Y el caos se desató en París.
Se convocó a una conferencia de prensa, a la que tampoco asistió Guillermo Vilas y en la que sí estuvo el español. “Jugaré si me demuestran que estoy en un error”, aseguró Manuel.
La organización asumió la culpa y explicó que no se le había informado al europeo que el partido sería a las 15:30 horas, mientras que al argentino no le comunicaron que debía estar listo a las 15:00.
“No podemos descalificar a nadie”, fue la frase más repetida en la cita con los medios.
Chatrier, también presente en la conferencia, justificó su presión sobre el español comentando que su pedido había sido por deportividad: “Los partidos se tienen que ganar en la cancha”, insistió el galo.
Querella contra Roland Garros
Pero el martes 3, el que ganó sin jugar fue el argentino Vilas. Orantes cumplió con su palabra y no se presentó en la “Plaza de Toros”, por lo que el walkover con que había ganado el día anterior ahora se le revertía.
El europeo acusó que había sido eliminado a dedo y decidió, pese a los intentos de Philippe Chatrier, querellarse contra la Federación Francesa de Tenis.
Meses después, la justicia gala le dio la razón a Manuel y le asignó unos miles de dólares.
Mientras, en Roland Garros, Vilas se recuperó de sus problemas estomacales y jugó los cuartos de final ante el estadounidense Harold Solomon: fue triunfo 1-6, 6-4, 7-6 y 7-5 para el norteamericano.