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La tenista estadounidense Danielle Collins, 11° del mundo, tuvo un partido aparte con el público del Australian Open en su partido por la segunda ronda del Grand Slam oceánico.

La norteamericana se enfrentó a la local Destanee Aiava (165°), quien obviamente contó con masivo apoyo de los hinchas durante el duelo que terminó 7-6 (4), 4-6 y 6-2 para la favorita.

Por lo anterior, Collins se enfrentó en más de una oportunidad al público que esperaba ver su caída.

Pero cuando la estadounidense selló su victoria y el paso a tercera ronda del certamen, la 11 del mundo se desquitó con una provocativa celebración.

Danielle Collins saludó irónicamente a los fans, les pidió hacer ruido, les dedicó besos y hasta una nalgada.

Consultada por su festejo, la norteamericana dijo que “cuando juego en un ambiente hostil me motivo aún más. Me ha ayudado a llevarme al límite para ganar”.

“Los que me odian son los que pagan mis cuentas y es una sensación súper agradable. Todos los que compran una entrada y van en mi contra, al final del día pagan mis gastos”, enrostró también Collins.

En tercera ronda del Australian Open, la 11° del WTA se medirá a su compatriota Madison Keys (14°).