La tenista chilena Anita Lizana, la primera persona latina en ganar el US Open y cómo la Segunda Guerra Mundial arruinó su carrera.

Esta semana arrancó en suelo estadounidense una nueva edición del US Open, el ‘gigante del tenis’ norteamericano cuyo trofeo alguna vez fue levantado por manos chilenas: las de la crack, Anita Lizana.

Fue el 11 de septiembre de 1937 que la reina chilena de esta disciplina se alzó como la mejor de todas en el mencionado Grand Slam. Ese día arrasó con la favorita, la polaca Jadwiga Jerdzejowska, por 6-2 y 6-4.

Lizana destrozó todos los pronósticos. Jedrzejowska venía de disputar la final de Wimbledon semanas antes y era considera, por los especialistas, como la mejor de ese momento.

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La oriunda de Quinta Normal se llevó el triunfo en 49 minutos. Después hizo pasar un susto a todos: se desvaneció en cancha tras el último punto, producto de su fatiga y el esfuerzo de jugar a todo sol.

“Nunca creí que jugara tan bien en toda mi vida. Mis más cariñosos saludos a mi familia y a los chilenos. Creo que la fatiga fue por el ansia de ganar”, dijo en la premiación, consigna el periódico La Vanguardia.

La victoria le valió a Lizana ser considerada en el ambiente en ese momento como la número 1 del Mundo. Sin embargo, por no existir un ranking oficial, la WTA no le reconoce haber alcanzado la cima. Una injusticia histórica.

Retorno de estrella: 200 mil personas en calles y en descapotable con Colo Colo

Luego de brillar en el US Open, y quedarse en suelo estadounidense disputando algunas exhibiciones, Lizana volvió a Chile y fue reconocida como héroe.

Sí, la niña que se quedaba dormida con la raqueta en su mano ahora, con 21 años, ya se había ganado totalmente el cariño de los hinchas.

La mayor prueba de ello es que la deportista fue recibida en La Moneda por el presidente Arturo Alessandri Palma. Ahí, en el camino al Palacio, fue saludada por más de 200 mil personas en las calles.

Y no fue la única prueba de afecto. Lizana también fue paseada en un descapotable durante un partido de Colo Colo, el popular equipo de fútbol, en el Estadio Nacional.

Lizana lucía y tenía a todos a sus pies. “Puso a Chile en el mapa”, destacó el Aberdeen Journal de Escocia.

La nacional se quería seguir ‘comiendo el mundo’. Por eso, viajó a Europa, otra vez, para mantenerse con los mejores.

En eso, la ‘Ratita’, como era llamada, conoció a Ronald Ellis en 1938, un tenista escocés no tan reconocido y de irregular desempeño. Sin embargo, la chilena se enamoró de él y no se quiso separar más. Se casaron rápidamente.

“Sin la Segunda Guerra hubiese ganado el Wimbledon para Chile”

Cuando todo iba bien en lo deportivo, una situación externa acabó destruyendo la carrera de Anita: la Segunda Guerra Mundial.

El conflicto bélico que se inició en 1939 paralizó el deporte alrededor del Mundo. Por ende, cuando Lizana prácticamente no tenía rivales, el circuito se fue ‘a negro’ y no pudo seguir compitiendo.

Esta situación le provocó una enorme herida en el corazón a Anita. “Seguramente sin la segunda guerra, yo habría ganado Wimbledon para Chile”, afirmó con el paso de los años a El Mercurio.

“Siempre le molestó el no haber ganado Wimbledon”, confirmó, después, su hija Ruth, consigna el medio especializado Séptimo Game.

Y es que haber levantado la copa en el pasto londinense pudo significar que la ‘Ratita’ el reconocimiento generalizado que, lamentablemente, no tiene en la actualidad de parte del circuito mundial.

Sin embargo, el nombre de Anita Lizana, que falleció de cáncer un 21 de agosto de 1994 (en Inglaterra), está grabado a fuego en la historia deportiva de nuestro país. La mejor tenista de todos los tiempos, la que solo la guerra detuvo, tiene el Court Central del Estadio Nacional con su nombre.