Marcelo Ríos reveló el gran desafío tenístico que le propuso su padre cuando comenzó a iniciarse en el deporte que tantas alegrías le traería.

Para dedicarse de lleno al tenis el ‘chino’ debía dejar los estudios, o centrarse en ellos de una manera diferente.

Al comienzo, a los 8 años, podía salvar el promedio, pero a los 14 se salió del colegio para dedicarse de lleno a este deporte.

Al comienzo su mamá se preocupaba de qué dirían sus amigas cuando se enteraran que su hijo no estudiaba. En eso años, se creó el ASC (Athletic Study Center) y la mamá de uno de sus amigos era la dueña, por lo que entró a ese centro.

Es por eso que en ese momento su papá le puso una meta: Tenía que quedar entre los 300 del mundo sino debía volver al colegio. Al segundo año entre los 200 y al tercer año entre los 100.

Al primer año quedó 99, segundo quedó 20 y al tercero fue Top Ten. En ese entonces le dijo a su papá: “¡La huea fácil! Me podrías haber puesto algo más difícil”.

En conversación con el programa de Martín Cárcamo, ‘Tú a Tú’, el ‘chino’ comentó que “lo mío fue todo muy rápido. Me hubiera encantado ser número 1 a los 28 años. Más maduro, sabiendo lo que pasa. Mi carrera fue demasiado corta y muy rápida. Me acuerdo que dije que cuando fuera número uno del tenis, me iba a retirar. Al final seguí jugando pero nunca me gustó la vida del tenista”.

“Me encantaba jugar tenis, entrenar, sacarte la cresta, competir. Pero la vida que va detrás de eso, los hoteles, los viajes, hacer las maletas todas las semanas, andar solo a los 14 años en Japón”, añadió.

Además, recordó una gira en la que viajó solo, con contratos muy buenos para la época. Pero insistió en que esa vida no le gustaba.

“Esa es una de las razones por las que me retiré a los 28 años. Ya estaba hecho, ya tenía la plata… También la época me jugó en contra porque yo digo, a los 26 años estás recién saliendo de la universidad y yo estaba listo, entonces ¿Qué chucha hago ahora?”, cerró.