Había sido anunciado con bombos y platillos, y no defraudó. El pasado miércoles fue estrenado un documental de Movistar+ sobre María Sharapova, en el que la extenista realiza todos sus descargos por el dopaje que la mantuvo alejada por dos años del circuito WTA.

La rusa, que llegó a ser número 1 del mundo, habló paso a paso de cómo llegó a dar positivo por meldonium en uno de los controles, admitiendo que consumió el elemento desde 2006, siendo castigada 10 años después.

“De joven noté que mi salud se resentía. Entonces mi padre buscó un médico en Rusia, un médico personal. Mi padre era como el capitán de mi equipo, y aunque vivíamos en EEUU, estaba más seguro hablando con un médico ruso. Pero ese médico no tenía experiencia con deportistas. Me hizo muchas pruebas e hizo una lista de medicamentos que podía tomar, y con los problemas que empecé a tener desde 2006, cayendo enferma, me dijo que podía tomar ‘mildronate’, que en Rusia se toma sin receta, como si fuera aspirina”, explicó.

“Siempre me hicieron muchísimos tests desde 2006 a 2015, y nunca pasó nada, y en enero de 2016 pasó a ser ilegal. Fue muy decepcionante enterarme que otras federaciones advirtieron a otros deportistas sobre el meldonium y que pasaba a no ser legal, pero no a mi”, complementó.

Debido a esta situación, Sharapova apunta como el gran culpable de su caída a Max Eisenbud, su representante en ese momento. “Si hay varias personas en un equipo, cada uno se dedica a su campo”, sentenció.

“Dejé de trabajar con aquel médico en 2013 porque quería un enfoque más natural. Seguí tomando tres sustancias que él me dijo ‘tomas muchos años atrás’, entre ellas el ‘mildronate’. Y le dije a mi manager que comprobara esa lista a finales de año en 2015. Pero tuvo problemas personales y no lo comprobó. Fue error suyo no hacerlo”, lamentó.

La mentira de la ITF y las críticas

Sharapova además arremete contra la ITF en el documental, asegurando que faltaron a la verdad al decir que ella intentó ocultar su consumo de meldonium.

“La ITF insistió en que yo oculté que consumía ‘meldonium’, nada más alejado de la verdad, porque yo tomé durante muchos años algo completamente legal”, recalcó.

“Fue doloroso y violento. Me sentí muy vulnerable. Quiero que me respeten, no pedí que me dejaran jugar al día siguiente. Siempre he estado dispuesta a luchar, y lucho por lo que considero mi derecho y mi voz. En aquellos momentos fui yo misma, fui una luchadora. Al leer después aquel informe (tras su apelación) que me rebajó la pena, me sentí libre. Ese tribunal no estaba de acuerdo con la ITF. Yo no oculté que tomaba meldonium”, acotó.

Finalmente, María Sharapova se refirió al dolor que la causaron las críticas, a pesar de que generalmente “nunca me ha preocupado lo que la gente piense de mí”,

“De repente pasa esto y ves que sí te importa lo que sepan. Y eso me disgustó, fue muy desagradable sentirme tan pequeña. Mi madre me dijo que no pasaba nada si no podía volver a jugar al tenis nunca más. Se pasó semanas durmiendo conmigo para que estuviera acompañada. Mi padre también me acompañó mucho para asegurarse de que nada se salía de madre, que no empezaba a culpar a los demás. Había que tomar el control y saber que la habías cagado”, concluyó.