El tenista nacional Nicolás Jarry, 89° del ATP, analizó su sanción de 11 meses de suspensión luego del doping positivo que arrojó en diciembre del año pasado.

En entrevista con La Tercera, ‘el príncipe’ confesó que, ante un caso así, “se te viene el mundo encima en un segundo. Hacer trampa es algo que está en contra de mis principios totalmente. Yo me enojo cuando alguien trata de hacer trampa o de hacerse el vivo, como uno dice. En el tenis hay que ganar, sí, pero es el deporte blanco, el más educado. Y que te acusen así, de hacer trampa, es muy doloroso. Cuando supe la noticia no lo podía creer, me puse a llorar por varios minutos”.

Respecto a la sanción, Jarry indicó que “la razón salió a la luz. Y la sanción es dura, once meses sin dejar jugar a un jugador, sea a mí o al anterior castigado, es mucho tiempo para una persona que no tuvo voluntad de hacer trampa o ni siquiera hizo trampa, no sacó ventaja. Es mi caso, porque la contaminación era muy mínima”.

Sobre lo anterior, el 89° del ranking mundial agregó que “sumé un psicólogo personal durante este tiempo para ayudarme. Ya que como dije fue realmente duro. Toqué fondo varias veces durante estos meses y ya sabía que no podía salir solo. No solo quería salir del hoyo, sino aprender y mejorar. Y necesitaba ayuda”.

Finalmente, Jarry agradeció el apoyo que recibió del mundo del tenis del cual, según él, no ha sentido desprecio ni miradas de rechazo luego del doping.

“Eso es algo que me ayudó desde un principio. Desde que saqué mi carta en las redes sociales, todo fue apoyo. En el tenis, todos me creen. Y eso me ayudó mucho a llevar esta situación. De ser al revés, habría sido más duro”, sostuvo el ‘príncipe’.

“La gente sabe, está muy contenta de que esto se terminó. Y ahora yo tengo que tratar de contar mi historia y mejorar el mundo. Mejorar el sistema. Depende de cómo lo haga, seré mirado”, sentenció Jarry.