En el nombre del padre: Tomás de Gavardo ha capturado fielmente el espíritu deportivo y solidario de Carlo, en lo que ayuda a rivales se refiere.

El recordado raidista nacional Carlo de Gavardo, fallecido en julio de 2015 a los 45 años por un paro cardiorrespiratorio, se caracterizó por ser un deportista intachable y solidario, aptitudes que mostró en más de una oportunidad.

El ‘Cóndor de Huelquén’ se hizo conocido y fue premiado por su calidad humana en las carreras. Desde la época del enduro, el piloto se caracterizó por su espíritu solidario, el que quedó expuesto al mundo a poco de comenzar su trayectoria internacional en el rally cross country.

Recibió dos premios mundiales de Juego Limpio otorgados por el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Federación Internacional de Motociclismo (FIM).

En el Master Rallye de 1996 ayudó al mongol Shagdarsuren Erdenebileg, quien sufrió una fuerte caída que le generó una hemiplejia irreversible. “Estoy vivo gracias a Carlo”, expresó el expiloto asiático en el libro biográfico ‘Carlo de Gavardo Abriendo Ruta’, escrito por los periodistas Felipe Hurtado y Pablo Vargas Zec.

En aquella ocasión, Carlo renunció a la carrera y arriesgó su vida metiéndose en sentido contrario a los vehículos para asistir a su compañero, llamando posteriormente a una ambulancia.

Otro momento similar ocurrió en el año 2009, durante la quinta jornada del Dakar ‘Chile y Argentina’ -la primera vez que se corría en Sudamérica-, cuando el piloto chileno estuvo al mando de un buggey T3.

En el trayecto comprendido entre Neuquén y San Rafael, ya de noche y con una fuerte lluvia, De Gavardo y su navegante, el francés Jean Brucy, vieron una motocicleta en el suelo y un piloto tumbado a su costado.

Pese a gritarle con fuerza para despertarlo, el italiano Federico Ghitti no respondía. Así, lo subieron a duras penas a la parte trasera de su vehículo, donde gracias al calor del motor el europeo logró reaccionar. Estaba con hipotermia.

El legado De Gavardo: Tomás captura el espíritu deportivo de su padre

Hoy, los hermanos De Gavardo, Matteo y Tomás, siguen el legado de su progenitor. Este último realiza sus primeras armas en el Rally Dakar, la prueba tuerca más exigente del planeta, y ya da que hablar por seguir el mismo ejemplo de espíritu deportivo de su padre.

En las Etapas 2 y 4, el mayor de los De Gavardo se ha detenido a auxiliar a motociclistas accidentados. En el segundo día de competencia, Tomás debió asistir a un competidor que lo había adelantado minutos antes.

Al salir de una curva, lo vio volcado donde el vehículo aplastaba al piloto. “Era un piloto de quad, que se quedó abajo del vehículo en una curva, salió volando, lo vi de reojo y lo tuve que sacar”, comentó en diálogo con BioBioChile.

“Para levantar el quad tuve que llamar a otro piloto, lo levantamos. No sé cuántos minutos estuve junto a él acompañándolo. Pudieron ser 15 minutos, hasta que llegó el auxilio médico. Era un piloto de Arabia Saudita que afortunadamente pudo seguir corriendo”, agregó.

Ya en la cuarta etapa, el hijo del tres veces campeón de motocross de la categoría Rally (2001, 2004 y 2005) nuevamente demostró su calidad humana en plena competencia.

El campeón mundial de FIM Junior Bajas de Hungría 2019 le prestó auxilio al piloto francés Guillaume Chollet, quien fue trasladado en helicóptero al hospital local.

“Se cayó en unas dunas, frente a mis ojos y tuve que llamar al helicóptero para el auxilio médico. Tuve que estar con él hasta que llegara. Pero está bien, indicó Tomás de Gavardo sobre el hecho dramático que tuvo que vivir nuevamente.

La situación lo puso nervioso y lo asustó porque el deportista galo despertaba y se volvía a desmayar y él trataba de que se mantuviera despierto. Una vez rescatado y llevado al hospital de Ha’il, De Gavardo volvió a la ruta, pero aún nervioso por la situación.

Consultado por si su padre, Carlo, le inculcó o le dio consejos respecto a que el espíritu solidario está por sobre la competencia, contó que “mi papá siempre estuvo con esa mentalidad. Me inculcaron de chico más el ayudar que de buscar un premio. Son cosas que da el deporte y el espíritu del rally”.

“Si me tocaría hacerlo de nuevo lo voy a hacer de nuevo, porque es tan riesgoso este deporte que todo eso hay que hacerlo. Para mí es como una obligación. Más que espíritu deportivo, creo que es más como lecciones de vida, de humildad. Más valen los valores que el espíritu deportivo”, complementó.

El sueño dakariano del hijo del ‘Cóndor de Huelquén’

Bajo el alero del equipo holandés satélite de KTM oficial, el Bas World KTM Racing Team, Tomás de Gavardo logró concretar el sueño que alguna vez llevó a cabo su padre, siendo protagonista: participar del Dakar, el evento de rally raid más duro del mundo.

“Es súper emocionante que el apellido De Gavardo vuelva al Dakar. Desde que nací tengo presente la palabra Dakar en mi consciencia; mi papá siempre se iba todas las navidades a competir por el sueño de conquistar el Dakar y nunca pensé que me iba a tocar hacer lo mismo”, indicó.

“Esa pasión que me entregó él desde que era muy pequeño me llevó, poco a poco, a buscar este sueño de poder correr mi primer Dakar”, agregó.

En su primera gran experiencia en el desierto de Arabia Saudita, el también estudiante de periodismo de la Universidad Andrés Bello ha ido de menos a más, tomándole el pulso a las mesetas, dunas y al roquerío presente en el trayecto.

En la actualidad lucha por meterse dentro del Top 30 de la categoría para pilotos privados Rally 2. “Ha sido todo muy exigente. Todos los pilotos que han corrido antes han dicho que es uno de los Dakar más difíciles que les ha tocado estar”.

“Como es mi primera vez acá no tengo mucha experiencia previa en carreras de más de una semana, pero ha estado súper exigente, duro, mucho frío, lluvia y hacen que las condiciones sean más difíciles. Pero uno entrena siempre para esto, pensando que puede ser más duro aún”, añadió.

De esta manera, el joven está siguiendo los pasos del recordado Carlo que recorrió esos mismos parajes en 1996, cuando se convirtió en el primer chileno en correr el Dakar.

“Espero dejar mi propia huella en esta competencia, siempre recordando con orgullo el legado de mi papá y su herencia, pero también reconociendo todo el esfuerzo que he puesto para estar aquí”, sentenció.