El piloto británico Lewis Hamilton protagonizó uno de los momentos deportivos más comentados del último fin de semana.

Esto luego de accidentar su vehículo con el de su actual máximo rival, Max Verstappen, y quedar vivo de milagro. O mejor dicho, gracias al halo.

Todo ocurrió en la vuelta 26 de las 53 previstas del Gran Premio de Monza: tras incorporarse a la pista después de parar en boxes, Hamilton vio como Verstappen trataba de adelantarle y cerró el paso al holandés en una curva para impedirlo, tocándose ambos monoplazas y acabando en la grava, con el Red Bull subido al Mercedes.

Ambos pilotos no sufrieron daños, pero no pudieron continuar la carrera: “Me siento afortunado hoy. Gracias a Dios por el halo, que me salvó y salvó mi cuello”, afirmó Hamilton sobre ese elemento añadido a los monoplazas para una mayor seguridad.

“Asumimos riesgos y sólo cuando vives algo así te das cuenta de cómo ves la vida y lo frágiles que somos todos”, apuntó.

Algunos medios informaron que Verstappen se mostró enojado con Hamilton, considerando que el inglés le dejó “sin espacio” al entrar en la curva. Sin embargo, la dirección de carrera consideró al holandés el “principal responsable” del incidente y le sancionó después con tres posiciones menos en la parrilla del próximo Gran Premio, el del 26 de septiembre en Sochi (Rusia).

Ni Verstappen, líder del Mundial con 226,5 puntos, ni Hamilton (221,5) sumaron puntos en el Gran Premio de Italia, 14ª prueba de la temporada (de las 22 programadas), aunque el holandés aumenta su ventaja gracias a los dos puntos sumados el sábado tras acabar segundo en la carrera sprint que sirvió para definir la parrilla de salida de la carrera.

Este abandono impidió a Hamilton conseguir su victoria 100 en Fórmula 1 y la próxima oportunidad de conseguirlo será en el Gran Premio de Rusia.