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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Unión Libertad, equipo de rugby fundado en la cárcel de Valparaíso, pasó de ser una actividad para internos a una oportunidad de transformación personal. Liderado por Guillermo Velásquez, quien vio en el deporte una vía de redención, el equipo creció en la prisión a pesar de las limitaciones. Tras su liberación en 2017 y reingreso posterior, Guillermo encontró en un libro su inspiración para retomar el rugby. Con esfuerzo, lograron autorización para entrenar y consiguieron apoyo de clubes locales. Participaron en su primer torneo en 2022 y sorprendieron a todos. Su historia llegó a Los Cóndores, la Selección nacional, que los invitó a un histórico partido en la cárcel. Esta experiencia marcó a ambos equipos y generó un intercambio positivo.

Comenzó por supervivencia y hoy ayudan a formar personas. El Unión Libertad nació en la cárcel de Valparaíso, condicionado por las rejas y barrotes, pero hoy el equipo quiere no tener límites.

Surgido en 2016 como una actividad más al interior del penal y liderado por el Centro de de Tratamiento de Adicciones (CTA), aproximadamente 50 internos conocieron la ovalada y la ocuparon como una manera de alivianar sus condenas. Pero uno de ellos vio en el deporte algo más.

Cuando Guillermo Velásquez recuperó su libertad en 2017 lo primero que hizo fue buscar un club de rugby. Pero sus “malas decisiones”, como él reconoció, pesaron más que su interés por los tackles y los trys y el deseo de enmendarse.

Encerrado otra vez, aquel joven que se encantó con la ovalada se dejó llevar por el sistema carcelario. El consumo de drogas, las peleas diarias y el estrés permanente volvieron a atormentarlo.

Así fue hasta que, en 2021, en esas comunicaciones a lo lejos que tenía con su hermano, llegó a las manos de Guillermo la portada de un libro que lo tenía a él en la portada: La Huella, de la española Luis Galindo.

“Una de las historias del libro era la mía. Al principio me emocioné, pero también sentí frustración, porque podía haber estado en la calle disfrutando eso. No supe tomarle el peso a lo que significaba el hecho de jugar rugby siendo preso”, recordó Velásquez, en diálogo con BioBioChile.

Fue un antes y un después para el entonces recluso. Y, sin saberlo aun, también para algunos de sus compañeros en la cárcel de Valparaíso. Tenían dos opciones: retomar el interés en el deporte o dejarse consumir por un sistema penitenciario chileno que apenas ofrece alternativas de reinserción.

Pelear o taclear

La fama de Guillermo al interior del penal porteño creció casi tan rápido como el interés de otros presos por ese deporte, extraño para la mayoría, donde todos chocaban con todos.

En tiempos de pandemia, con autoridades más permisivas para el uso de teléfonos, Velásquez y sus compañeros se interiorizaron aun más con el rugby. E inspirado en lo hecho por Espartanos en Argentina, decidieron envalentonarse.

“Tomé el teléfono y empecé a ocuparlo de una buena manera: a estudiar, a ver cómo se podía formar una organización, cómo se podía llevar esto a cabo, los puntos en contra. Mientras, a mis compañeros yo les seguía enseñando lo que era el rugby. Hasta que un día, en 2022 y después de varios intentos, nos dieron autorización para ocupar el gimnasio”, relató el oriundo de Villa Alemana.

Los primeros entrenamientos fueron sobre baldosas y con la mayoría de interesados solo sabiendo que debían pelearse con todos. Los balones e implementos fueron conseguidos por Guillermo a través de clubes locales que, pese a estar siendo contactados desde una cárcel, no dudaron en confiar en el Libertad.

“Los muchachos solo querían salir de los módulos. Los entrenamientos eran bien profesionales dentro de las limitaciones que teníamos”, recordó Velásquez, añadiendo que “las conversaciones ya no eran de delincuencia, eran de rugby. El deporte nos dio conciencia, nos hizo entender a los que lo practicamos ahí arriba que nosotros somos victimarios, que estábamos pagando un delito”.

La persistencia de los reclusos se tradujo en confianza de los funcionarios. Las prácticas dejaron de ser en superficie dura y consiguieron una cancha de tierra que se transformó en su espacio y refugio. Y las cosas buenas no tardaron en llegar.

Unión Libertad y Los Cóndores

Con el equipo ya constituido, Unión Libertad participó en su primer torneo de rugby en 2022. El equipo de los reclusos no ganó partidos, pero sí fueron considerados una sorpresa.

Pero su cometido en Valparaíso derivó en un llamado que Guillermo y compañía jamás imaginaron: el de Los Cóndores, la Selección nacional.

Según explicó Felipe Romero, gerente de alto rendimiento de la Federación Chilena de Rugby, buscando una fuente de inspiración para el combinado es que dieron con el equipo fundado al interior del penal porteño.

“Queríamos lograr que nuestros jugadores los vieran como una fuente de inspiración y, de alguna manera, que eso se tradujera en una responsabilidad por parte de ellos y los invitara a mejorar, superarse y entender el peso de lo que representan”, explicó Romero.

Así se dio, en julio de 2024, un partido histórico para ambos elencos: Libertad y Los Cóndores se enfrentaron al interior de la cárcel Colina 1.

“Curiosidad fue lo primero que sintieron los muchachos. Después vino el ingreso, pasar los controles, que te quitan el celular. Empiezas a caminar y se achican los pasillos, se va la luz y ves las condiciones de los reclusos. Esa curiosidad creo que se transformó un poco en asombro”, dijo Romero sobre ese encuentro.

“Para los jugadores fue una muy buena la experiencia. Les sorprendió, les permitió conocer otra realidad y entender su rol en la sociedad como un líder inspirador para algunas personas: ya no juegan para ellos solos, lo hacen para una cantidad de gente que los está viendo y que los representan”, agregó el directivo.

Y para Libertad, aquel encuentro fue un sueño hecho realidad. “Cuando entrábamos a taclear chocábamos con unas paredes. No los movíamos con nada. Pero fue una jornada linda donde se cumplieron sueños colectivos y también personales: le mandé un try a Los Cóndores”, dijo emocionado Guillermo Velásquez.

No ha sido la única actividad entre ambos. Los reclusos le regalaron cartas a los seleccionados que los han inspirado en sus últimos partidos y, de parte del combinado nacional, los visitaron en el penal de Valparaíso para su aniversario y han hecho llegar implementos a la cárcel para que el club -invicto en su cancha desde 2023- siga con sus entrenamientos.

Sin limitantes

Guillermo hoy está en libertad condicional. Salió de la cárcel de Valparaíso y juega rugby en su natal Villa Alemana, donde se ha topado con excompañeros de celda y sueña con crear un equipo fuera de la prisión para que Unión Libertad perdure en el tiempo.

“El equipo sigue siendo especial, los mismos muchachos siguen entrenando solos, sin ningún apoyo, porque a mí no me han dejado subir por todo lo que es la burocracia”, detalló el exrecluso, quien ha tomado la responsabilidad -asistido por profesionales- de conformar una fundación para que lo hecho al interior del penal porteño no tenga límites.

“El rugby nos enseñó a nosotros que podemos ir adelante, nos mostró a todos en el Libertad que nos equivocamos, nos caímos. Tomamos el rugby, tomamos lo que nos enseña y lo llevamos a nuestras vidas”, dijo Velásquez.

“El 80% de los que están presos vienen de un pasado vulnerado y no lo digo por victimizarnos. No solo queremos practicar el rugby, sino que queremos estudiar, queremos trabajar, queremos conseguir oportunidades tangibles. Esa es la manera que podemos nosotros ayudar para una sociedad más segura”, concluyó el oriundo de Villa Alemana.