El brillante campeón del mundo en ciclismo en el año 1993 y multicampeón de la disciplina, Lance Armstrong, se sinceró y reveló cuál era la droga que usaba en sus tiempos de competencia para burlar las pruebas de antidopaje.

El mítico ciclista norteamericano, Lance Armstrong, está buscando limpiar su imagen luego de admitir que uso drogas gran parte de su carrera como deportista, pero curiosamente, nunca se pudo detectar con las pruebas de dopaje hasta que él reveló los detalles.

Ahora, en una conversación en el podcast del presentador de TV estadounidense, Bill Mahrer, el campeón del mundo del ciclismo en 1993, brindó algunos pormenores de cómo pudo burlar las pruebas que se le realizaban.

En sus primeras palabras, Armstrong apuntó que “sí, puedes enmascarar el uso de sustancias dopantes, pero no consiste en eso. En ese sentido frustrarías el sistema, pero como siempre he dicho, y no intento justificar que lo digo como algo que quisiera volver a repetir, me han hecho 500 controles y nunca que dado positivo por dopaje”.

Uno de los puntos que revela como importantes y claves para él estaba en consumir sustancias que desaparecían en un periodo corto de tiempo. Así lo destacó al sentenciar que “no había forma de saltarse el test. Cuando meaba en el vaso y ellos revisaban el vaso, no había nada. La realidad y la verdad de todo eso es que, alguna de esas sustancias, principalmente las más beneficiosas, tienen una vida media de cuatro horas”.

“Mientras que otras sustancias como el cannabis o los anabolizantes, tienen vidas medias más largas. Podías fumar un porro y conducir tu tractor… y en dos semanas seguirías dando positivo. Su vida media es mucho más larga”, aseguró.

La droga EPO

Posteriormente, reveló que una de las drogas que consumió fue la EPO, la eritropoyetina, cuya duración es de tan solo cuatro horas y no dejaba efectos secundarios palpables en los test de antidopaje.

Fue así que reconoció: “La EPO, que era el combustible para cohetes que cambió no solo nuestro deporte sino todos los deportes de resistencia, tenía una vida media de cuatro horas, así que salía del cuerpo muy rápido. Con una vida media de cuatro horas, podías hacer las cuentas”.

“La verdad es que tenías una droga que era indetectable, que te mejoraba el rendimiento y la recuperación. Ambas cosas son importantes, pero en especial el rendimiento… Y como nos hicieron creer, y con lo que no estoy en desacuerdo, es que si se toma bajo la supervisión de un médico es segura”, finalizó.