El caso de la nadadora trans, Lia Thomas, ha generado revuelo en Estados Unidos y en el mundo del deportes, luego de que la deportista que compite en la categoría femenina haya pulverizado todos los récords de la Ivy League, demostrando una clara superioridad ante sus rivales.

La presencia de competidoras trans en categorías femeninas sigue causando polémica en el mundo del deporte. El último capítulo de este controversial debate se originó en la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, donde, a raíz de la superioridad demostrada por la nadadora Lia Thomas ante sus rivales, se ha vuelto a instalar la discusión.

Y es que la deportista no sólo se impone frente a las demás participantes con amplia ventaja, sino que también ha batido récords tanto de la propia universidad como de la Ivy League (conferencia de la NCAA), logrando incluso, la mejor marca de 2021 en los 200 metros planos.

Cabe consignar que hasta 2019, Thomas compitió en la categoría masculina en la misma casa de estudios. Fue en ese año donde se sometió al tratamiento de cambio de sexo y tras doce meses sin actividad -para cumplir la normativa mientras suprime testosterona- volvió este mes de noviembre, pero a integrarse al equipo femenino.

Su destacado rendimiento y notoria supremacía ha generado tal revuelo que un grupo de padres de nadadoras decidió enviar una carta a la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria) a modo de protesta por la participación de Lia Thomas.

“El precedente que se está sentando, en el que las mujeres no tienen un espacio protegido y equitativo para competir, es una amenaza directa para las atletas femeninas en todos los deportes”, criticaron emplazando directamente a las autoridades deportivas de Estados Unidos.

En esa misma línea, la jueza de la Federación de Natación de Estados Unidos, Cynthia Millen, decidió dimitir de su cargo por permitir que la nadadora trans compita en la categoría femenina, manifestando que “no pretendo criticar a Lia. Pase lo que pase, es una hija de Dios y una persona preciosa. No obstante, es un cuerpo masculino nadando contra el femenino. Y ese cuerpo masculino nunca podrá cambiar“.

Según distintos medios estadounidenses, un puñado de compañeras del equipo de natación de Thomas acusaron que la nadadora presumía sus contundentes victorias y lo fácil que era ganar para ella, generando más malestar entre sus pares.

“Se sienten totalmente desmotivadas porque, da igual cuánto esfuerzo le pongan, van a perder. Normalmente, estás en la salida y piensas que puedes ganar si das todo lo que tienes, pero ahora perece que, hagas lo que hagas, no tienes ninguna opción de vencer”, puntualizó una de las competidoras, de manera anónima, en el sitio web deportivo OutKick.

Una polémica que se sigue acrecentando y que, de momento, no se ve una solución justa tanto para las atletas femeninas como para las trans. Mientras que distintos movimientos y asociaciones deportivas exigen que tanto la NCAA como el Comité Olímpico tomen medidas, ya que existe una clara ventaja que no se ajusta con los supresores hormonales.