En medio de la expectativa que genera la participación de la selección chilena de fútbol en la Copa América y el histórico debut en el Mundial de Francia de la Roja femenina, hay varios deportistas que en silencio dejan el nombre del país en alto.

Una de ellas es Katherine Wollermann, la mejor paracanoista de Chile, que, a base de grandes resultados en el plano internacional, comienza a perfilarse como una de las cartas a seguir de la delegación nacional que estará presente en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

Clara demostración de ello fue su destacada participación en la Copa del Mundo de Paracanotaje disputada en Polonia la semana pasada. La oriunda de Chiguayante protagonizó una dramática definición y logró quedarse con la medalla de bronce.

Este no es un logro inédito. Desde que comenzó en la disciplina, hace ya siete años, demostró desde el primer momento que estaba hecha para grandes cosas. Las medallas y los reconocimientos se multiplicaron, pero tal como ella señala “lo que más me llena es la satisfacción personal de ir derribando obstáculos”.

Tras su exitoso paso por Europa, ahora está de vuelta en Concepción, donde preparará sus próximos desafíos: los Parapanamericanos en Brasil y el Mundial de Hungría, mirando de reojo a Tokio 2020, donde espera colgarse una medalla.

En medio de esta pausa, Wollermann conversó con BioBioChile, donde además de repasar su carrera, ahondó en temas como la discapacidad y la igualdad de género, áreas donde espera aportar con su experiencia para que haya una mejor inclusión a nivel país.

“El deporte es una forma de hacer reinserción social a través de las personas con discapacidad de cualquier tipo, cualquier persona con discapacidad puede realizar canotaje, entonces no existen barreras para poder realizarte”, adelanta.

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“Me gustaría más apoyo de la empresa privada”

Lejano se ve aquel 2012 cuando a causa de una negligencia médica quedara tetrapléjica. En la Teletón pasó por todos los talleres deportivos que habían, pero su sanación la encontró en el agua, remando para dejar atrás las malas energías y enfocarse en lo bueno de la vida.

Han pasado siete años y Katherinne no se arrepiente de su decisión, recalcando que “me quedé con el canotaje porque me devolvió las ganas de caminar y porque con cada palada que doy es como un paso para mí”.

Y así fue remando hacia la consagración. Su primera competencia fue en el Sudamericano de Curauma 2013, la que más la ha marcado. Le dijeron ‘tu llega al final de la meta’ y lo cumplió a la perfección. No la bajaron más. Sacó primer lugar y comenzó una exitosa carrera que parece no tener techo.

Es pentacampeona panamericana, fue la primera mujer chilena en ganar medalla de bronce en la disciplina y se codea con las mejores exponentes del mundo.

Sin embargo, reconoce que tiene una ‘espina clavada’. En su primera participación en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 estuvo a centésimas del podio. El cuarto lugar la dejó ‘contenta pero satisfecha nunca’. Ahora todo apunta a Tokio.

“Yo creo que no me tranquilizaría nada, me falta todavía, necesito ganar un Juego Olímpico y ahí podría calmarme un poco más. Siempre le digo estas cosas a mi entrenador, siempre estoy dispuesta, aunque a veces me pide aterrizar un poco”, señala la deportista.

En busca de la medalla, Katherine recalca que tiene el apoyo del Instituto Nacional del Deporte y el Comité Paralímpico pero ‘no de la empresa privada, que sería lo que me gustaría’.

Siguiendo dicha línea, señala que “tengo Beca Proddar y el IND me asigna proyectos de deportistas destacados para financiarme el equipo técnico, las maquinas, las bandas de lactato y los ergómetros. Cuando voy a otros lados, el Comité me paga estadía, alimentación y competencia”.

Eso no es todo. Después de su destacada participación en los Paralímpicos, la empresa Plastex se acercó a ella y le ofreció hacerse cargo del pago de sus botes para los campeonatos y remos traídos desde Eslovenia y Polonia.

“No es como en Chile, ellos me vieron competir y me dijeron que ‘nosotros nos hacemos cargo de tus cosas porque vemos que tienes talento’, no es como acá que tengo que tocar puertas para conseguir algo y si no conozco a alguien no voy a poder lograrlo”, reflexionó.

“En el Paralímpico hay cierta escasez de recursos para nosotros”

Además de su entrenamiento, que es de lunes a sábado de ocho de la mañana a seis de la tarde, Katherinne está estudiando Terapia Ocupacional en la Universidad de las Américas y realiza charlas y auditorías a varias empresas sobre equidad de género, discapacidad e inclusión laboral.

Uno de los temas que más visibiliza es la inclusión, razón por la cual también eligió su carrera: “Siento que puedo ayudar desde esa arista y ya después de tener más conocimiento voy a poder ser una mediadora para que otros puedan lograr y optar a una opción y no dejar que personas queden sin desarrollarse”.

En dicho sentido, está conforme en cierta medida con la situación actual del deporte paralímpico, sobre todo después de recibir la noticia de que les van a bajar el presupuesto.

Wollermann señala que “hoy en día siempre existe escasez de recursos para nosotros, se han hecho hartas campañas para poder cambiar las cosas , hay que seguir luchando para lograr lo que queremos todos”.

“Van a priorizar la formación antes de la competición, eso no me parece positivo. Para hacer formación hay que tener talento y hay muchos vacíos para que eso se produzca, que nos bajen presupuesto de otros lados para poder arreglar algo que para mí todavía está en pañales lo encuentro insólito”, reflexiona.

Esto no es impedimento para que la mejor paracanoista del país siga luchando en busca de nuevos éxitos. Su determinación la han convertido en un modelo a seguir y porque no, en una futura medallista paraolímpica.

Para ir cerrando, Katherinne ¿ Qué mensaje motivacional le puedes dar a los chilenos y chilenas?

Sean constantes, no pierdan las esperanzas y no dejen de soñar, por que los sueños finalmente se hacen realidad y gran parte de eso pasa cuando uno pone su granito de arena para que eso se construya. Gracias a Dios y a mi madre he logrado cumplir hartos sueños, la barrera es uno mismo, si uno se la saca es posible que vea mucho mas allá del metro cuadrado.

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