Su impresionante rutina no dejó a nadie indiferente. Katelyn Ohashi, competidora a nivel universitario de gimnasia, protagonizó una brillante rutina de suelo en el Collegiate Challenge, calificada con nota máxima por los jueces.
La joven de 21 años, quien defiende al equipo de la Universidad de California Los Angeles (UCLA), con precisión, gracia y una amplia sonrisa, respondió una vez más a las expectativas con una secuencia que los expertos catalogan como una de las más destacadas que se recuerden en la categoría.
Sin embargo, la historia de Ohashi esconde algunos detalles. Si bien lo más destacado de su notable rutina es la sonrisa con la que saltó y bailó, la gimnasia no fue siempre fuente de felicidad para ella.
Nacida en Seattle, la joven pasó cuatro años en el equipo nacional olímpico de Estados Unidos. Y, en 2013, se alzó con la American Cup al vencer a la múltiple campeona olímpica Simone Biles.
Pero, y según un testimonio que dio a The Players Tribune, todo dejó de ser perfecto para ella. “Hubo un tiempo en el que estaba en la cima del mundo, con perspectivas olímpicas. Era imbatible, hasta que dejé de serlo”, contó Ohashi.
La gimnasta detalló que se sentía estresada por lo que comía y no soportó la presión con la que convivía al ser una atleta de elite. Se le comparaba con “un pájaro que no podía volar” y raramente se le veía sonreír en sus rutinas.
Ohashi agregó que, además, llegó a competir con una fractura en la espalda y dos torceduras en un hombro. Así estuvo hasta que decidió dejar la gimnasia de elite y dedicarse a las competencias universitarias.
Tras ingresar el equipo de la UCLA, volvió a encontrar “alegría y amor por el deporte. No experimentaba este tipo de felicidad desde hacía mucho tiempo”, contó la atleta.
“No es el resultado. No es estar en el podio con una medalla. Es la posibilidad de salir con una sonrisa en mi cara y estar contenta conmigo”, enfatizó Ohashi.