Marcelo, un hincha de La U identificado como uno de los que cayó desde la tribuna Sur Alta del estadio Libertadores de América de Avellaneda durante la barbarie entre barras de los azules y de Independiente por Copa Sudamericana, contó su impactante versión de los hechos.
“(Caí) Como veinte metros, si no es más. Todos los doctores me han dicho lo mismo, que estoy caminando de milagro, a mis compañeros lo mismo”, dijo el joven chileno a Meganoticias.
“Me empujaron. Tengo los videos de como me están empujando. Somos tres personas los que saltamos de ahí, que no saltamos. Nos pegaron, nos hicieron saltar. Venían con cuchillas, con fierros, no teníamos por donde escapar, no teníamos otra opción. Era eso o dejar que me pegaran puñaladas hasta morir”, aseveró.
Consultado sobre detalles de la agresión sufrida por parte de barristas de Independiente, el fanático azul contó que los argentinos llegaron hacia el sector designado para los chilenos al romper una puerta, como se ve en distintos registros.
“Intentamos aguantar lo más que pudimos esa puerta para que escapara la gente de la U: mujeres, niños, guaguas, abuelos”, contó.
Respecto a la trastienda de una caída que pudo ser fatal, Marcelo aseguró que “en vez de sacarnos la Policía de ahí, nos hace encontrarnos con más hinchas de Independiente y nos pescan a fierros, nos quitan la ropa, las zapatillas, las poleras, todo”.
La hostilidad de los funcionarios de seguridad, según relata, siguió en medio de los graves hechos de violencia que tuvieron lugar en Avellaneda.
“Cuando caigo, perdí la conciencia. Escuché pitidos en los oídos, la vista nublada así negra, adolorido… Ayudé a mi amigo que estaba al lado mío, que también se había tirado. Después nos pegan los de Independiente, nos quitan las cosas y ahí sale la Policía. Nos pegan y nos tiran y donde están los hinchas de La U tirados en el pasto y ahí, nos suben al retén”, detalló.
Por último, el simpatizante del Romántico Viajero insistió en el maltrato que recibieron por parte de la policía.
“Nos pesca la Policía y nos sube a un retén culiao (sic.) que es para máximo diez personas y nos suben a cincuenta en un retén. Es un hacinamiento en el que no puedes respirar. Nos trataron como animales. No nos dejaban comer, la primera noche no nos dejaron comer, tomar agua, nada”, sentenció.
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