Gonzalo Jara, exdefensor y bicampeón de América con La Roja, dejó claro en las últimas horas su candidato para llegar al banco de la selección chilena para el proceso al Mundial 2030 y sepultar así el opaco paso de Ricardo Gareca.
El otrora jugador de La U y Colo Colo pidió abiertamente a la ANFP que mueva fichas por el argentino Gustavo Álvarez, actual entrenador de los azules.
“Con poco hizo mucho, esa es la realidad, eso destaca a un entrenador también. Álvarez tiene una cláusula, no es muy alta para una selección si se le hace un ofrecimiento“, indicó en su rol de comentarista en ADN radio.
Aunque el anhelo de muchos es Manuel Pellegrini, hoy su arribo al ‘Equipo de Todos’ parece un sueño lejano. En ese contexto, Álvarez se ha posicionado como una alternativa real, sobre todo luego de que él mismo pusiera en duda su continuidad en La U al final de la temporada.
Pero hay un detalle que inquieta en Quilín y ese es el interés de Perú, que también lo tendría en carpeta.
Para Jara, el trabajo de Álvarez va más allá de los resultados. Habló de impacto, de conocimiento del medio y de capacidad para sostener procesos.
“Escuchar a la gente en Perú (que viene por Álvarez), a mí me encantaría escuchar a la gente en Chile y para mí (Álvarez) es el gran favorito para mí personalmente y lo digo con mucho respeto, para dirigir a la selección chilena. Es alguien que está en contacto y que conoce el fútbol chileno, le ha ido bien”, aseveró.
Pero si finalmente no se concreta su arribo a La Roja, Jara no pierde la esperanza de que el DT campeón con Huachipato siga en el ‘Romántico Viajero’.
“Me encantaría que siguiera un proceso en la Universidad de Chile, creo que tiene mucho más para dar, pero eso va de la mano con la mejora del plantel. Esa es la mayor molestia que hoy día podemos encontrar en un entrenador que le dio estabilidad a La U, no solo en lo futbolístico, sino que también en lo dirigencial, y eso va de la mano con las victorias”, remató.
Pese a que Álvarez ha negado acercamientos formales, la incertidumbre crece. Su cláusula de salida es de 1.2 millones de dólares, una cifra considerable para un club, pero no tan alta para una selección nacional que quiera apostar por un proceso serio.