De referente del 'Ballet Azul' a capitán de 'La Roja' en el Mundial de 1962: el legado de Sergio Navarro en el fútbol chileno.

En un empate 1-1 frente a una Selección de Brasil que se coronaría campeona del mundo un año más tarde en Suecia 1958, así fue el debut del legendario lateral de ‘La Roja’, Sergio Navarro. Un épico primer capítulo a la altura de su carrera como capitán de la generación que alcanzó el glorioso e irrepetible tercer lugar en el Mundial de Chile 1962.

Del hockey al fútbol

Con apenas 16 años, en 1952, los primeros pasos del oriundo del Barrio Yungay en el deporte no fueron precisamente en el césped. El ‘Checho’ era integrante de la rama de hockey patín en el icónico club Ferrobádminton, que había sido fundado a inicios de los 50′, solo dos años antes.

Bajo el alero de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado, propietaria de la sociedad deportiva santiaguina, el histórico del ‘Equipo de Todos’ destacó como jugador de campo de un deporte que se alzaba en auge. Sin embargo, fue durante esos mismos años cuando un amigo lo convenció de matricularse como socio en el club Osvaldo Poblete, donde decidió cambiar la bocha por el balón. Y no lo hizo nada mal.

Sin saberlo, Navarro había nacido con un talento natural para el fútbol que, rápidamente, detectó Luis ‘Zorro’ Álamos, quien como entrenador de Universidad de Chile, decidió llevarlo a las inferiores del elenco laico en 1953.

En la cantera universitaria, el ex lateral izquierdo mostró todas sus cualidades; orden defensivo, potente remate y sobre todo, liderazgo. Unas virtudes que lo llevaron a debutar en el primer equipo en 1955 con 19 años, transformándose en uno de los referentes del posterior ‘Ballet Azul’ y siendo protagonista como uno de los capitanes en los títulos de 1959, 1962 y 1964.

A día de hoy, es constantemente reconocido como una de las leyendas de la ‘U’.

Capitán azul, capitán rojo

Sus destacadas actuaciones en la máxima categoría del balompié nacional captaron la atención del ingeniero y ex futbolista húngaro Pákozdi László, estratega de la Selección Chilena en 1957, quien decidió darle la oportunidad a Navarro de debutar con ‘La Roja’ en el marco de la Copa Bernardo O’Higgins.

Pese a que la estadía de László en el combinado chileno duró sólo un abrir y cerrar de ojos (seis partidos en apenas dos meses), luego de malos resultados en las Clasificatorias, el ídolo de Universidad de Chile ya se había ganado su puesto y su situación no cambió tras el nombramiento del mítico Fernando Riera.

Riera encontró en Navarro a su caudillo predilecto e instantáneamente, se convirtió en uno de los líderes del ‘Equipo de Todos’ durante el proceso clasificatorio camino al Mundial del 62′, para posteriormente, ser nombrado capitán en un amistoso contra Perú en 1961. Desde ese entonces, se propuso comandar a sus compañeros hacia lo más alto.

Al igual que en la ‘U’, el santiaguino no defraudó y se ganó el respeto de jugadores de la talla de Leonel Sánchez, Carlos Campos y Misael Escuti, siendo protagonista en cuatro de los seis encuentros que disputó el ‘Equipo de Todos’ en la obtención del tercer lugar de la Copa del Mundo gestionada por Carlos Dittborn.

Actualmente, sigue siendo considerado como uno de los mejores carrileros izquierdos de la selección junto al bicampeón de América, Jean Beausejour.

Navarro le dijo adiós a ‘La Roja’ en 1962 durante un duelo en Buenos Aires frente a Argentina, que terminó en derrota por la cuenta mínima, logrando una estadística de 31 partidos en un período de cinco años.

Posteriormente, también abandonó las filas de Universidad de Chile en 1964 para jugar por Colo Colo y Unión Española hasta su retiro en 1968 a sus 33 años.