Hasta que un día, Claudio Bravo volvió a disputar un partido por la selección chilena. En Los Ángeles, el portero del Manchester City fue el elegido por Reinaldo Rueda para estar bajo los tres palos ante Argentina.

Y el oriundo de Viluco no desentonó, aportando seguridad y confianza al resto de sus compañeros, muchos de los cuales están disputando sus primeros minutos por La Roja.

Las cámaras del CDF hicieron un seguimiento a lo que fue la jornada de Bravo. Se le vio ordenando y dando instrucciones constantemente a toda la zaga defensiva, sobre todo a la inédita dupla de centrales conformada por Paulo Díaz y Sebastián Vegas.

Y pese a que Sánchez fue el capitán, salió a relucir todo su liderazgo, como cuando corrió desde su propio arco al otro extremo para calmar los ánimos y separar una pelea que se había originado entre Eduardo Vargas y Rodrigo De Paul.

Bajo los tres palos también se mostró seguro y respondió cuando fue requerido, por ejemplo, en un potente disparo que despejó de Paulo Dybala. También demostró su gran juego con los pies, mostrándose como opcion para salir jugando y aportando seguridad a sus compañeros.

Tras el pitazo final no escondió su satisfacción, señalando que “me quedo con la gran felicidad de demostrar nuevamente que uno esta más vigente que nunca”.

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