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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El exdelantero chileno, Roberto ‘Pájaro’ Gutiérrez, reveló que tomó la decisión de retirarse del fútbol profesional debido al bienestar emocional de su hija. En una emotiva entrevista reveló que los constantes cambios de ciudad por su carrera afectaban a su familia, especialmente a su hija, quien mostraba signos de sufrimiento emocional. Una alerta roja en el colegio llevó a una visita al psicólogo, donde la hija confesó que se sentía sola y sin amigos debido a los traslados.

Después de casi dos décadas de carrera, 13 camisetas defendidas y goles celebrados en canchas de todo el país, Roberto ‘Pájaro’ Gutiérrez sorprendió a muchos el año 2022 al anunciar su retiro del fútbol profesional.

Pero detrás de ese adiós no hubo una lesión, falta de ofertas ni un bajo rendimiento. Fue algo mucho más profundo y tuvo relación con el bienestar emocional de su hija.

En una emotiva entrevista con el programa ‘Te Quiero Ver’ de TNT Sports, el exdelantero de Universidad Católica, Colo Colo y Cobreloa, entre otros equipos, se sinceró como pocas veces y reveló el verdadero motivo que lo llevó a colgar los botines.

Sentía que estaba dañando a mi hija y tomé la decisión de no jugar más fútbol profesional”, confesó Gutiérrez con la voz entrecortada.

Los constantes cambios de ciudad, propios del ritmo de un futbolista en sus últimos años de carrera, comenzaron a pasarle la cuenta a su entorno más cercano. Primero Rancagua, luego Chillán y finalmente Calama. Pero fue en el norte donde todo cambió.

En esa labor de papá sentía que a lo mejor le podía estar causando un daño y no quería”, explicó, refiriéndose a los repetidos traslados y sus efectos en la vida escolar y emocional de su hija.

A pocas semanas de instalarse en Calama, recibieron un llamado inesperado desde el colegio de Maite. “Nos mandan a buscar como apoderados y nos dicen que Maite había tenido actitudes que… a lo mejor por protocolo, había que llevarla a un psicólogo”, relató.

Lo que parecía una evaluación de rutina se convirtió en una alerta roja. En la primera sesión, la psicóloga pidió hablar en privado con el exfutbolista.

“Me preguntó cuál era mi trabajo y le dije que venía a representar al equipo de Cobreloa, porque jugaba fútbol profesional”, recordó. Lo que vino después lo marcó para siempre.

Ella le dijo a la psicóloga que no podía tener amigos por culpa del papá, porque había dejado a sus amigos en Chillán y ahora tampoco podía jugar con sus primos en Curacaví”, reveló el exariete de 42 años.

Aquel momento fue determinante. “Fue duro, así que le dije a mi señora: mira, es el último año y te prometo que no la vamos a sacar más. Ni a ella como mujer ni a mi hija. Si salía algo en Santiago lo íbamos a tomar, pero si no, no íbamos a jugar más”, concluyó.